30 de noviembre de 2007

Axonotmesis


32ª edición del viernes frikiemédico

Hoy hace un día precioso: los parajitos cantan y las nubes se levantan; así que aprovecharemos para repasar las lesiones traumáticas de los nervios periféricos.

Como bien sabéis, un nervio es como un cable que va desde la médula espinal hasta el músculo que inerva. En su recorrido, se puede lesionar en tres grados de intensidad diferentes. En el grado I o neurapraxia, no hay rotura de ninguno de los componentes del nervio. El grado III o neurotmesis es la sección total del nervio resultando dos cabos libres. El grado II o axonotmesis es una rotura parcial y es la que vamos a explicar hoy.

Para ello, compararemos el nervio con una bolsa de espaguetis. Los espaguetis, en el interior de la bolsa, harán las veces de axones nerviosos y la bolsa que los envuelve será el perineuro, el tejido que se dispone alrededor de los axones.

La axonotmesis es la rotura de los axones manteniendo la integridad del perineuro. Esto ocurre porque los axones son menos resistentes que el perineuro. En nuestro ejemplo, imaginemos que queremos doblar la bolsa de espaguetis: seguramente los espaguetis, que al igual que los axones son más frágiles, se partan por la mitad; sin embargo, la bolsa, como el perineuro, quedará intacta.

Acabamos de asistir a una axonotmesis culinaria.

29 de noviembre de 2007

A oscuras


La noche del 22 de julio de 2004, Zapatero apenas llevaba unos meses en la Zarzuela, Bush hacía sus planes sobre Oriente Medio y Elena y yo nos tumbamos en medio de la nada a ver las estrellas.

La mitad de la nada se llama Bitashevo y está entre Serbia y Rumanía. No hay luces de ningún tipo a muchos kilómetros a la redonda y de noche la oscuridad da miedo. Yo, cateto de ciudad, nunca había visto un cielo estrellado y me tumbé sobre una manta para observarlo bien.

En este improvisado observatorio, a Elena y a mí nos hicieron la foto que publico hoy. Al rescatar la foto, recordé que estabamos teniendo una conversación muy interesante, pero no hilvanaba acerca de qué. Así que cuando quise dedicarle a Elena la actualización de hoy (porque hoy es su cumpleaños), busqué la conversación en mi cuaderno de viaje.

El tema me ha sorprendido tanto que no voy a escribirlo, puesto que pertenece a nuestra intimidad, pero sí os dejo un fragmento de lo que ocurrió al día siguiente:

Девети дан: Пећина, манастир, моја стипендија.
(Día nueve: Cuevas, monasterios, mi beca).

El sol de Serbia me despierta a las cinco de la mañana envuelto en mantas en el jardín de la casa de campo de Miroslav. Me doy la vuelta y veo que no soy el único que se ha quedado dormido mirando las estrellas; Jitka y Odi están unos metros detrás de mí. Me vuelvo a dormir. A las siete me despiertan treinta mil moscas que vienen al olor de las tortitas con miel y queso feta que sobraron anoche.

Domínguez E. Cuarenta y ocho días en los Balcanes.

28 de noviembre de 2007

Hipocondría


Me levanto por la mañana con fiebre y dolor en las muñecas. Inevitablemente, me palpo las articulaciones para descartar una artritis reumatoide o algo por el estilo.

Me exprimo dos naranjas para desayunar y me tomo un ibuprofeno, sintiéndome un poco culpable por bajar demasiado el pH de mi estómago y por el riesgo de úlcera gástrica al que voluntariamente me estoy sometiendo.

Valoro subir por omeprazol al botiquín, pero al final desecho la idea porque el omeprazol puede producir náuseas y vómitos.

Con dolor de cabeza y garganta, comienzo a estudiar Hematología, que es lo que toca, y no puedo evitar pensar que en lugar de un simple resfriado puedo tener un linfoma. O una mononucleosis. O una primoinfección VIH. Descarto por imposibilidad este tercer diagnóstico y retiro un poco los libros para palparme bien el cuello, el hígado y el bazo y asegurarme de que lo mío no tiene importancia.

Mi madre me prepara para almorzar un filete de ternera y una tortilla de coliflores y me alegro porque pienso que el efecto carcinogénico de la ternera sobre el colon quedará parcialmente reducido por la coliflor.

Me espero una hora para dormir la siesta y así evitar el reflujo gastroesofágico. Me cuesta trabajo ir al baño, mientras espero sentado intento recordar por qué no tengo apendicitis.

Pongo la tele y veo que una exconcursante de Gran Hermano se ha metido en no se qué religión porque no se encuentra a sí misma. Al parecer, ella era una chica del montón hasta que participó en ese reality, en el cual cambió su orientación sexual porque se enamoró de otra concursante. Tras un tiempo de relación, tuvo un accidente de coche, en el que su pareja quedó completamente desfigurada, así que se desenamoró de ella y se fue con otra chica, que al poco tiempo comenzó un proceso de transexualización y ahora es un chico. Con él que tiene un accidente, de moto esta vez, se parte las dos piernas y debido esta doble fractura se da cuenta de que tampoco es su pareja ideal.

Después de testimonios similares, yo, pese a mi hipocondría habitual, me considero sin motivos para desquiciarme.

27 de noviembre de 2007

Degustación


Calculo que aún me tienen que salir tres o cuatro planchas más de carne de membrillo. El primer año de cosecha, salieron sólo cinco planchas, pero como el árbol va creciendo, cada año recolectamos más membrillos y por tanto la producción de dulce es mayor.

Pese a que soy yo el que lo cocina, apenas lo pruebo porque me resulta demasiado empalagoso. Tampoco me hace mucha gracia que mi familia se lo coma entero, porque como lleva tanto azúcar, el páncreas se debe tirar de los pelos cada vez que toca membrillo de postre.

Si a alguien le apetece, que avise.

26 de noviembre de 2007

Peatones


Teoría de sifones: quinto antipostulado

Cuando yo nací, la calle Tetuán no era peatonal. Recuerdo los enfados de los habitantes de los barrios del sur y del oeste durante los primeros meses, cuando tenían que andar hasta el Ayuntamiento para coger el autobús.

Ahora que paso mis horas en la calle San Fernando, observo también los disgustos de los ciudadanos con la segunda peatonalización del centro. Espero que se calmen rápido, sobre todo antes de que desaparezca el asfalto de Menéndez Pelayo y el centro quede definitivamente libre de coches.

Los peatones y las bicicletas, cosas buenas, llegaron un día de golpe, despertando el recelo de la población. Lo mismo ocurrió con el euro, los móviles, los videojuegos y los bolígrafos de tinta líquida. Llegaron, sí, pero a costa de olvidar muchas otras cosas que había antes y que nadie echó de menos: las barberías, las señales de Stop, la leche en bolsas, las fachadas pintadas.

-¿Tanto han cambiado la vida desde que eras pequeño?
-Depende de cómo lo mires. Hay muchas cosas que yo conocí y que quien nace hoy no verá jamás. Tampoco pasa nada, porque las cosas se van porque ya no hacen falta, pero cuando yo era un niño... cuando yo era un niño, había sifones.

25 de noviembre de 2007

Números felices


No puedo permitir que mi felicidad dependa de un número.

Llega el sábado por la noche después de una cansada semana y tienes que enfrentarte a la prueba que requiere más entereza en un opositor MIR: conocer tu resultado en el simulacro. Si obtienes una puntuación alta, te pones muy contento; si no conseguiste tantos puntos como querías, no puedes evitar sentirte un poco frustrado.

Así pues, un número condiciona mis sentimientos del sábado noche. Y si lo pienso frívolamente, es completamente absurda esta forma de cuantificar mi felicidad nocturna de antemano. Es idiota que una plantilla de test me diga: "Esta noche serás feliz en valor de 5, de 30, de 3200". No son más que números. ¿Por qué me afectan tanto?

No quiero permitir que mi felicidad dependa de un número.

24 de noviembre de 2007

Pokémon de piscina


Poolboy: ¡Ah! ¡Qué gracioso! ¿ ...qué es?
Emilienko: Es un Pokémon. Éste tipo concretamente se llama Chinchou. Es para ti. Por tu cumpleaños.
P: Ah, bueno... gracias. ¿Y esto para qué sirve?
E: En realidad es como un animal de compañía, pero tiene ciertas ventajas.
P: ¿Ah sí?
E: Sí. Además, precisamente éste parece diseñado para ti. Mira, en primer lugar, te lo puedes llevar a la piscina y nada muy bien.
P: Qué bien, ¿y por qué tiene...
E: ¡No lo toques por ahí que te puede dar calambre! Esas antenas por las noches sirven de linterna; son ecológicas, y no contaminan. No necesita que le des de comer ni hacer sus necesidades. Además lo puedes entrenar.
P: ¿Entrenar para qué?
E: Un Chinchou bien entrenado puede hacer que llueva a mares. Además, si alguien te cae mal, puede lanzarle un chorro de agua. O un rayo.
P: ¡Ay, pero eso a mí no me gusta! Oye tú, ¡que yo soy una persona pacífica!
E: Eso ya queda a tu elección. ¡Ah! Y tienes que ponerle un apodo...
P: ¿Y no sabes que no me gusta que cuelguen fotos mías en internet?
E: Creía que si salías de espaldas no te importaba...

23 de noviembre de 2007

Placenta previa


31ª edición del viernes frikiemédico

Fregar el suelo de una habitación es relativamente sencillo. Hay que seguir una simple regla: asegurarse de que la zona cercana a la puerta es la última, para poder salir una vez que se termine. Este viernes, yo seré un feto; la habitación, un útero; el suelo mojado, la placenta y la fregona, que une placenta y feto, será el cordón umbilical.

Durante el embarazo, la placenta crece en tamaño. Cuando fregamos el suelo, la zona mojada también va creciendo, acorralándonos contra la puerta. En ocasiones, fregamos desordenadamente y una zona mojada nos separa de la puerta. Igualmente, la placenta puede crecer bloqueando la salida del útero por error; si esto ocurre, hablamos de placenta previa.

En estos casos, cuando te quedas bloqueado en el centro de la habitación por haber fregado mal, no te queda otra que esperar a que se seque el suelo. En el caso de la placenta previa, esperar no es una buena solución y está indicado hacer una cesárea, que en nuestro símil sería como si hicieran un agujero en la pared para salir por otro sitio y así no pisar el suelo mojado.

22 de noviembre de 2007

Ciudad Endrino


Capítulo XVIII

Tengo tendencia a ser prepotente. Mi experiencia vital me ha enseñado que nunca queda bien presumir en público de los méritos propios, a menos que lo hagas con amigos muy cercanos. Tampoco es educado hacerlo entre los compañeros de estudio ni de trabajo, pues puedes generar envidias que te den más problemas que alegrías.

Por esto, cuando conozco a alguien nuevo, cada vez me callo más datos de mi vida privada. No me malinterpretéis, no es que yo sea un tipo excepcional y altamente envidiable, pero la verdad es que hablar de cualquier logro que haya tenido, aunque haya sido mínimo, puede serme calificado de pedantería.

Así que hoy no os cuento más, sólo deciros que en mi viaje salí de las montañas y llegué a Ciudad Endrino. ¿Cómo? ¿El gimnasio y la batalla de allí? Ah, sí.. Sí, sí,... gané, sí.

Como conseguí vencer a dragones de tres metros con mis Pokémon, que no llegan a la altura de la rodilla, me lo guardo por obligada modestia.

21 de noviembre de 2007

Paradoja de Simpson


No te creas las estadísticas (7/10)

El Sr. Reúma padece desde hace tiempo dolores de espalda y no sabe por qué. Ha leído en Internet que el dolor de espalda puede estar relacionado con los días lluviosos. Para eso, en el mes de agosto apuntó qué días le dolía la espalda y que días no le dolía en función del clima local, obteniendo que sintió dolor el 58% de los días de sol y el 60% de los días de lluvia.

Como parecía que en los días de lluvia había una predisposición para el dolor, el Sr. Reúma repitió el experimento el mes de septiembre, teniendo dolor más en los días de lluvia: 54% frente al 53% de los días de sol.

-Creo que mi dolor se relaciona con la humedad -explicó el Sr. Reúma a su médico. He hecho el experimento dos veces y en ambas me ha dolido más días en los días de lluvia.
-No es posible, Sr. Reúma -contestó su médico. Si sumamos los resultados de los dos experimentos, obtenemos que usted tuvo dolor el 56% de los días de sol y el 56% de los días de lluvia, luego parece que la humedad no está relacionada.

¿Qué estaba sucediendo?

Una de las formas mediante la cual nos engaña nuestro cerebro es haciéndonos creer que los porcentajes son números normales y corrientes. Esto no es cierto del todo: los porcentajes son divisiones y por tanto no se pueden interpretar alegremente.

En nuestro ejemplo, es el médico quien tiene razón y el Sr. Reúma el que se ha equivocado y ha caído en la paradoja de Simpson. Esta curiosa paradoja dice que es posible dividir una muestra en varios grupos (en nuestro caso 60 días han sido divididos en 2 meses) y obtener porcentajes favorables en cada uno de los grupos, mientras que los porcentajes globales son iguales o desfavorables.

Como podréis imaginar, este método es una bendición para los publicistas. Es posible, que un mayor porcentaje de los habitantes de Extremadura piensen que el detergente A es mejor que el detergente B, y a la vez que por separado los de Cáceres crean que B es mejor y los de Badajoz que B es mejor también.

20 de noviembre de 2007

Albures en adobo


El plan del domingo era muy divertido: unos cuantos troteatreros nos subíamos en un coche y, sin destino definido, teníamos que salir de la ciudad para almorzar en el primer sitio bonito (y barato) que encontráramos.

Acabamos en un kiosko de Coria del Río comiendo albures en adobo. La verdad es que nos daba un poco de asco, porque los albures son unos pescados que se cogen frescos en el río Guadalquivir, que a la altura de este pueblo arrastra los desperdicios de todos los municipios y las industrias de Jaén, Córdoba y Sevilla.

Los albures estaban bastante buenos, pero no pudimos evitar sentir un poco de grima al empezar a comerlos. Después del banquete, dimos un bonito paseo e hicimos algunas fotos.

Cuando llegué a casa no pude evitar sorprenderme cuando, al ver la foto que hoy publico, observé una capa de polución marrón situada sobre Sevilla. Como vivo dentro de esa nube de mierda, me identifiqué con estos peces que viven en el sucio río.

El domingo por la tarde, me sentía como un albur en adobo.

19 de noviembre de 2007

Nueva comunicación


Teoría de sifones: cuarto antipostulado

-Hola, soy yo. ¿Vas a salir esta noche? (...) ¿Por dónde vas a estar? (...) Bueno, vale, yo estoy en casa, no sé si voy a salir, luego si acaso a eso te llamo.

-Hola, soy yo otra vez, que al final sí he salido. ¿Tú has salido al final?
(...) ¿Y dónde estás ahora? (...) De acuerdo, pues voy para allá.

-Hola, que soy yo.
(...) Mira que no consigo aparcar, que voy a tardar un poco más. (...) Vale, vais a seguir ahí, ¿no? (...) Venga, te dejo que estoy en un semáforo.

-Hola, soy yo, que estoy en la puerta.
(...) Ah, ¿qué estáis dentro? (...) Pues no, no había entrado, es que creía que íbais a estar en la puerta. (...) No, salid vosotros, ¿no? (...) Bueno, pues entro yo.

La llegada de la telefonía móvil, uno de los grandes inventos de la última década, supuso una revolución social considerable, porque con pulsar pocos botones podías localizar a cualquiera de tus contactos en pocos segundos. Sin embargo, no fueron pocos los que demonizaron este invento, profetizando que nos íbamos a volver imbéciles con estos aparatitos.

Yo no sé si me he vuelto imbécil o lo fui desde el principio; el caso es que no me acuerdo de lo que yo hacía antes de que hubiera móviles para quedar con mis amigos.

18 de noviembre de 2007

Cuarto mundo


En el término cuarto mundo se incluyen todas esas personas que, viviendo en países del primer mundo, tienen condiciones de vida propias del tercero. Dentro de esta categoría están todos esos a los que habitualmente no miramos al andar por la calle: mendigos, inmigrantes en condiciones precarias, personas con ayudas estatales insuficientes, etnias que viven en la marginalidad, algunos de los que practican la prostitución, usuarios de drogas con gran dependencia, etcétera.

Uno de los subgrupos del cuarto mundo que más me llama la atención son los mendigos, porque hay algo que los diferencia de los demás. Ellos disfrutaron alguna vez una vida habitual: tuvieron familia, estudiaron (algunos son universitarios), conocieron países y ciudades.

Mi amigo Luis, a través de la ONG "Solidarios", ha trabajado con las personas que viven en la calle durante muchos años. Yo le pregunto en ocasiones acerca de sus experiencias en esta asociación. Él me cuenta los motivos que llevan a los indigentes a no vivir en sus casas y la conexión entre su estilo de vida y la enfermedad mental; las verdades y los mitos acerca de ellos.

17 de noviembre de 2007

Ellos


He estado esperando a que sea sábado para hablar de esto, porque mi blog tiene tradicionalmente menos visitas en estos días. El problema de publicitar tus actualizaciones entre las amistades tiene el riesgo de que poco a poco pierdes el anonimato y de que por tanto tienes que prestar cierta precaución a la hora de tratar determinados temas personales. Como voy a hacer yo hoy.

Hoy quería contar, simplemente, que mi crucifijo lleva varios años en mi tablón. Reconozco que antes me lo ponía, pero ya no lo quiero hacer. Y la verdad es que me da mucha pena.

Me da pena porque yo acepto eso de amar al prójimo como a ti mismo, que es el mensaje principal de la Iglesia; sin embargo, no transijo con las barbaridades que esta institución comenta a través de sus autoridades. No voy a entrar en cuáles son éstas barbaridades; todos las conocemos de sobra. El caso es que conociendo las opiniones que ellos se encargan de hacer públicas a la prensa, no puedo llevar su símbolo colgado al cuello.

También me da pena porque tengo constancia de que muchos cristianos discrepan de lo que dice la Conferencia Episcopal teniendo una mentalidad más abierta; sin embargo, sus opiniones no son escuchadas. Me da pena que una institución que podría proporcionar consuelo espiritual a muchas personas que lo necesitan, se dedique a otros menesteres y que sea odiada, con más o menos motivos, por su labor en ellos.

A lo mejor os parece una tontería, pero comentar este tema me resulta muy íntimo y siento cierta vergüenza al hablar de él. Gracias por haberme leído.

16 de noviembre de 2007

Púrpura trombótica trombocitopénica


30ª edición del viernes frikiemédico

La púrpura trombótica trombocitopénica (PTT) es una enfermedad que a primera vista puede resultar un poco paradójica. Por un lado, se trata de una enfermedad trombocitopénica; es decir, que se produce porque no hay plaquetas y por tanto porque la sangre no coagula. Sin embargo, también es una enfermedad trombótica; o lo que es lo mismo, una enfermedad en las que las plaquetas forman trombos.

Así pues, ¿en qué quedamos? ¿Hay plaquetas o no las hay? Si comparamos las plaquetas de la PTT con la economía de un país africano podemos establecer algunas semejanzas.

Por un lado, estamos hartos de escuchar que en estos países hay hambre porque no hay dinero. Es lo mismo que cuando decimos que en la PTT hay sangrado porque no hay plaquetas. Sin embargo, estos países tienen un despliegue militar impresionante, y eso tiene un coste, ¿de dónde sale el dinero? Se puede comparar con los trombos, si no hay plaquetas, ¿cómo es el cuerpo es capaz de formarlos?

En realidad, ambas situaciones se generan por un mismo mecanismo: se hacen inversiones donde no es necesario. No es que los países pobres no tengan dinero para alimentar a la población; en realidad lo que ocurre es que el dinero se destina a otros fines y por tanto resulta una situación de pobreza. En la PTT, no es que el cuerpo no produzca plaquetas, es que las invierte en formar trombos y en caso de un sangrado, ya no quedan plaquetas para poder coagular.

15 de noviembre de 2007

Carne de membrillo


Dicen que lo que se come se cría.

Como la tarde de antes de ayer estuve cocinando membrillos, era inevitable que ayer me comportara como un ídem. Así lo manifesté al responder emails con poco tacto. Al hinchar las ruedas de la bici y hacerme sangre en la mano con la válvula de inflado (yo tampoco creía que eso fuera posible). Al casi atropellar a una señora por la calle...

...al abrir la puerta del baño de la biblioteca general y encontrarme allí a uno y a una a los que conozco protagonizando una escena de Melrose Place. Y al acertar en esos momentos a decir solamente:

-Pero, ¿por qué no habéis cerrado la puerta con pestillo?
-Es que no sabemos cómo funciona...
-Sí, mira se hace así, ¿veis?

Para la próxima vez intentaré pedir perdón e irme sin necesidad de dar una clase de cómo se bloquea la puerta del retrete.

14 de noviembre de 2007

El problema del valor medio


No te creas las estadísticas (6/10)

Esta mañana me puse un polo rojo y fui a pesarme: 71 kg. Más tarde decidí cambiarme de polo y me puse uno azul; volví a pesarme y mi peso eran 82 kg. Como tampoco me convencía el polo azul, me puse uno verde y me pesé por tercera vez: 69 kg.

¿Cuál es mi peso real?

Emilienko azul: Si no te compras una báscula nueva, lo más adecuado es que calcules la media de las tres pesadas, que es de 74 kg. Sin duda tu peso real debe estar cercano a éste.
Emilienkos rojo y verde: El Emilienko azul parece un valor extremo. Si no quieres excluirlo, lo más aconsejable es que en vez del valor medio, uses el valor mediano (que es el que queda en medio al ordenar los datos de mayor a menor) y que asciende a 71 kg. Ése es el valor medio más adecuado en este caso.

En situaciones similares en las que uno de los valores parece ser un valor extremo pero donde no queremos excluirlo "por si acaso", lo más aconsejable es usar la mediana como valor medio en vez de la media. Hay consenso en que la mediana como valor medio es más adecuada en estos casos, aunque a la larga crea muchos problemas en la potencia de los análisis.

Sin embargo, la elección final de media o mediana siempre queda a gusto del analista de los datos y no hay ninguna regla que obligue a coger ninguna de las dos.

Por ejemplo, si estamos midiendo los beneficios de una dieta, es posible que a algunos les interese decir que el peso al final de la misma es de 74 kg, mientras otros dirán que la dieta es mucho mejor porque el peso al final es de 71 kg. Y todos tienen razón.

13 de noviembre de 2007

El sol Midas


El Sol transforma en oro todo lo que esté en la calle a las cinco y media de la tarde. Por supuesto, se trata de una transformación temporal que sólo dura diez minutos hasta que comienza a anochecer. No obstante a esa hora me asomo a mi ventana para mirar cómo coches, plantas y personas se han vuelto de color naranja brillante.

Muchas veces me entran ganas de bajar, pero como estoy estudiando en mi prisión, me quedo sentado a mi mesa y enciendo el flexo para tener más luz. Pienso para consolarme que ya en poco tiempo podré estar en cualquier lugar a esa hora menos en casa y eso me proporciona una gran paz interior.

Nunca me había dado cuenta de lo maravilloso que es salir fuera hasta que he dejado de hacerlo. Si tú no lo has notado nunca, te invito a que esta tarde a las cinco y media des un paseo y conozcas al Sol Midas, que todo lo convierte en el metal dorado.

Domínguez E. Antología de actualizaciones moñas.

12 de noviembre de 2007

La otra cara


Teoría de sifones: tercer antipostulado

La llegada del euro a Europa generó uno de los mayores odios hacia los gobiernos de los últimos años. Aunque no hace tanto tiempo desde que esto sucedió, ahora nos parece que el motivo de la euroaversión fue la temida subida de precios. Pero esto no fue así, porque en los primeros momentos, los precios se mantuvieron.

El auténtico motivo del odio durante las primeras semanas era la calidad de la propia moneda: los céntimos rojos se ensuciaban demasiado pronto, los ancianos se iban a formar un lío con las monedas de diez y veinte, era posible hacer que la circunferencia central de la moneda de euro girara dentro de la corona dorada sin salirse de su sitio. La crítica más absurda de todas la escuché en la televisión alemana, cuando aseguraron que las nuevas monedas eran peores que las anteriores porque la temperatura de fusión del nuevo metal era menor.

Lo realmente increible fue que después de encontrar tantos defectos a los euros casi nadie protestara por que el motivo de la cara de una moneda en el siglo XXI fuera el rey don Juan Carlos.

11 de noviembre de 2007

Troteatro 07


Nunca me han gustado los pensamientos catastrofistas.

Todo parecía indicar que, cuando durante este curso la mayoría de los medicuchos troteatreros abandonaran Troteatro para estudiar el MIR, la compañía, que cumple el mes que viene cinco años, se iría a pique.

Sin embargo, cuando nadie se lo esperaba, llegó un activo relevo generacional, lleno de nuevos proyectos que sostendría al grupo de la facultad. Os contaré, que lo nuestro, lo de los médicos, es en muchas ocasiones puro teatro.

En la foto no estamos todos (faltan Carlos, Ana, María), pero somos:

Pepe de Torre Actor característico
Konst von Kantonen Galán
Lucy Onuba Actriz genérica
Paco Asueldo Actor ingenuo
Daniel Tamariz Galán joven
Emilienko Actor genérico
Amada del Tormes Dama
Patry Alyazira Dama joven

10 de noviembre de 2007

La piedra agua


Capítulo XVII

La ruta que me separaba de ciudad Endrino era muy difícil porque serpenteaba entre las montañas más altas de la región de Johto. Los senderos eran empinados, hacía frío y nevaba a menudo, sin embargo, el bueno de Vientoblanco, un experto montañero, me enseñó a abrirme camino en una zona que a primera vista parecía muy hostil.

-Para subir a una montaña, primero has de poner un pie y asegurarlo -me explicó. Una vez que lo hayas hecho, da un segundo paso con el otro pie. Sube poco a poco, sin prisas, siguiendo tu propio ritmo y te harás un experto alpinista.

Con la ayuda de Vientoblanco, tardé pocas semanas en avanzar una distancia que yo solo habría necesitado años para recorrer. Antes de separarnos, nos sentamos en un lago al sur de las montañas. Quise agradecerle su ayuda de algún modo y pensé en regalarle la piedra agua que Rocíoalma me había dado unos meses antes.

-Es mejor que te la quedes tú -le dije. Al fin y al cabo, tú eres un entrenador de Pokémon de agua; seguro que la necesitas más adelante. Tal vez podrías evolucionar a tu Staryu...

Al principio se hizo de rogar porque él no creía que yo le debiera ningún tipo de favor que mereciera un regalo así. Sin embargo, acabó por aceptar la piedra y nos despedimos. La despedida, tengo que reconocerlo, fue un poco fría.

9 de noviembre de 2007

Delirio de Capgras


29ª edición del viernes frikiemédico

El delirio de Capgras es un delirio característico de la esquizofrenia, aunque no exclusivo de ella. Las personas que lo sufren están convencidos de que sus amigos y conocidos han sido sustituidos por dobles idénticos cuya misión es espiar al paciente y obtener información de él. Se trata de un delirio muy invalidante y que crea mucho sufrimiento personal.

Por poner un ejemplo, yo sufriría un delirio de Capgras si pensara que Vientoblanco es en realidad Rajoy y que Poolboy es Zapatero, que se han hecho unas caretas y que quedan conmigo para matarme, porque yo y sólo yo conozco una información capaz de destruir las bases democráticas del Estado.

No es un delirio de Capgras, sin embargo, esa sensación que tienen muchos españoles de que los políticos en realidad tienen dos caras, una sonriente que enseñan a la población y otra interesada dedicada a la corrupción. Aunque las personas que creen en las dos caras de los políticos carecen de argumentos que justifiquen esta desconfianza, no se considera patológica esta actitud tan suspicaz.

Fotografía: Enis. Fotografiados: Vientoblanco y Poolboy.

8 de noviembre de 2007

Aplausos


La de anoche fue una noche de aplausos.

Fui a Jerez a ver una obra de La Cubana que tenía muchas ganas de ver: Cómeme el coco negro. Oportunidades como ésta se tienen pocas veces en la vida y no me la podía perder.

Así que ayer, con muchos huevos, dije que no estudiaría por la tarde, aunque al final me dio tiempo a estudiar y a ir al teatro. Debido a esto, creo que, aunque pienso seguir estudiando como un cosaco, ya no rechazaré los planes que me vayan surgiendo a lo loco. Hay tiempo para todo.

7 de noviembre de 2007

Valores extremos


No te creas las estadísticas (5/10)

El siguiente desafío de ER-z, nuestro becario marciano, fue estimar la altura de la población adulta sevillana. Como no podía pagar un segundo viaje a la Tierra, ER-z utilizó un rayo muy preciso que midió la altura de seis sevillanos al azar. Los resultados fueron éstos:

114 168 169 173 175 178

-Ahora sí que tengo un problema -pensó enfadado- uno de los valores que me ha dado el rayo es 114. Cuando estuve en la Tierra no me pareció que hubiera gente tan bajita; pero como no conozco suficientemente a los terrícolas, es posible que algunos de ellos tengan esta altura. Por otro lado, es posible que me haya equivocado al usar el rayo y me haya dado un valor muy bajo. También es posible que esa persona estuviera sentada y por eso midiera 114...

¿Debería ER-z incluir el 114 en el análisis estadístico?

Esta pregunta no es fácil de contestar; lo que sí es verdad es que ER-z tiene un problema llamado valor extremo. Si ER-z no incluye al 114 en su estudio, es posible que unos supuestos terrestres bajitos no queden representados en su muestra. Si lo incluye y el 114 es un error de medida, los resultados obtenidos estarán sesgados.

Cuando los matemáticos se enfrentan a este problema, que es bastante común, calculan mediante complejas fórmulas cuánto se diferencia el valor extremo del resto. Si se direfencia mucho, el valor queda excluido; si no se diferencia demasiado, el valor se queda dentro. La semana que viene veremos cómo se pueden usar los valores extremos para falsear una estadística.

6 de noviembre de 2007

Me alegra el día


Reconozco que es una tontería, pero no por ello deja de hacerme ilusión. Leer un horóscopo bueno me pone contento durante algunos segundos; después de este tiempo, se me olvida completamente la predicción. Pero como la felicidad puede obtenerse también de pequeñas cosas, todas las mañanas busco en los periódicos gratuitos qué me va a ocurrir ese día.

También me alegran momentáneamente:

Abrir la persiana por las mañanas y que esté nublado.
Tener que estudiar alguno de mis temas favoritos.
Comer espaguetis o croquetas, y de postre, nísperos.
Sacar una buena puntuación en los Desgloses MIR.
Avanzar mucho una obra en un ensayo de teatro.
Ser abrazado sin pedirlo.
Ser capaz de levantar 5 kilos más en el gimnasio.
Que me inviten a cenar, a ser posible a un sitio que yo elija.
No tener que pagar la cuenta.

Y esto también, lo reconozco: alcanzar un número alto de firmas en el blog.

5 de noviembre de 2007

Niños de pantalla


Teoría de sifones: segundo antipostulado

En aquella época llegó algo que nunca gozó de buena prensa: los videojuegos. Nadie sabe de dónde provino aquella desconfianza sin fundamentos hacia esta nueva forma de entretenimiento, pero cualquier padre que se dignara a llamarse así aseguraba sin pudor que los juegos de pantalla afectaban al desarrollo normal del niño y que reblandecían su cerebro.

Por eso, los adolescentes que preferían los joysticks al balón de fútbol fueron clasificados como futuros ludópatas y eran compañías no deseadas por los padres para sus hijos.

A día de hoy, que ya podemos ver las cosas con un poco más de perspectiva, parece que los videojuegos no son tan nocivos como querían hacernos creer. Los que jugaban al Comecocos no van por ahí dando mordiscos, los enganchados al Tetris no acabaron apoyando la causa rusa y los que metabolizaban su adrenalina con el Street Fighter no son personas violentas... bueno, de esto último no estoy tan seguro.

4 de noviembre de 2007

La ropa


Yo ya me había dado cuenta hace meses de que tenía rotos los zapatos de salir, sin embargo me resistía a comprarme unos nuevos. Estoy de acuerdo en que tal vez no fueran los zapatos más adecuados para ir a recoger un premio Nobel, pero como recibir este premio no figura en mi agenda de los próximos meses, mis zapatos marrones me daban el avío para dar un paseo y tomarme algo con mis amigos.

Sí, los zapatos estaban feos, pero aún servían. En realidad, me ocurre lo mismo con toda la ropa. A base de lavados, las camisas se me van poniendo feas; los vaqueros se me desgarran en los bajos porque me arrastran por el suelo. Pero aunque fea, esa ropa es aún funcional, sirve para vestir.

No está bien visto llevar ropa vieja. Para ser una persona normal tienes que acudir a comprar ropa periódicamente, renovar tu armario, ir a la moda, tirar la ropa que tiene varias temporadas, caer en el peor de los consumismos. No puedo evitar que esto me dé un poco de asco.

3 de noviembre de 2007

La estación internacional


Hace ya bastantes años tenía suficiente tiempo libre como para estar al día en ordenadores, programas y videojuegos. La vida adulta no siente ninguna compasión por el exceso de tiempo libre y me lo quitó de golpe, así que tuve que renunciar a algunas de mis aficiones.

No obstante, de vez en cuando me paseo por internet a ver qué hay de nuevo. Una de las cosas que me parecen más atractivas es que la nueva versión de la Game Boy, la DS, se engancha a cualquier red wi-fi, por lo que permite jugar con miles de personas en el mundo sin necesidad de cables.

Los Pokémon llegaron a esta consola, y para promocionar los nuevos juegos, se ha abierto la estación internacional de intercambio Pokémon. Allí, entrenadores de todo el mundo cambian los Pokémon que han atrapado por otros que les gustaría tener. Si no tienes consola, la página sólo te permitirá ser un espectador, pero aún así, merece la pena asomarse, aunque no tengas ni idea de Pokémon. Nunca viene mal saber a qué se dedican los que tienen menos de doce años de edad.

2 de noviembre de 2007

Ocena


28ª edición del viernes frikiemédico

La ocena es una enfermedad rara en la que se siente que progresivamente las cosas huelen cada vez más a podrido. A los pacientes con ocena les resulta difícil aceptar que en realidad no son las cosas las que huelen mal, sino que es su propia nariz la que se está pudriendo por dentro y la que por tanto les crea la sensación de mal olor.

Nosotros, los españoles, nos comenzamos a sensibilizar con el cambio climático y a preocuparnos por el calentamiento del planeta. Siempre hemos pensado que la contaminación causante de los cambios meteorológicos provendría de países más industrializados, como los de Europa del Norte, Estados Unidos u Oriente. Sin embargo, España emite también grandes cantidades de CO2, y éstas, lejos de disminuir, van en aumento.

Los españoles, como los pacientes con ocena, no nos hemos dado cuenta hasta muy tarde de que lo que olía mal estaba dentro de nosotros mismos, de que ese mal olor nos va destruyendo poco a poco. La foto es de la fábrica de celulosa de Huelva, conocida por los lugareños por su olor característico.

1 de noviembre de 2007

Cambios


Cuando era un adolescente exaltado por la lucha antisistema, sentía una profunda aversión hacia la fiesta de Halloween. Aunque no sé bien por qué, supongo que el principal motivo era la reciente implantación de una fiesta que no es autóctona.

Un poco más adelante, pensé que realmente mi planteamiento era una tontería: si el 31 de octubre por la noche podía optar entre ir a una fiesta de disfraces o quedarme en casa viendo la tele, la primera opción tenía pinta de ser más divertida, aunque se tratara de una tradición yankee.

Es curioso cómo en este mundo en el que las distancias son cada día menores y en el que Internet te pone cualquier remota cultura en la palma de la mano, sigue habiendo un cierto miedo a lo ajeno, a lo que viene de fuera, tal vez por el riesgo de perder la propia cultura.

No digo que todo lo que venga de fuera sea bueno, pero sí que ya no pienso echar la cruz a las cosas nuevas sin haberlas juzgado antes.