29 de diciembre de 2011

Diez contratiempos del doctorando


Diez cosas que pueden ir mal durante una Tesis Doctoral (con sus correspondientes comentarios)

Cuando creas que acabas de hacer un descubrimiento que arrojará datos a la Ciencia, descubrirás una frase en inglés en un artículo remoto que te confirmará que ese "descubrimiento" lleva descubierto años. Refrán popular: La Luna ya está "descubierta".

Cuando más te sientas inspirado para dedicar unas horas a tu Tesis, aparecerán guardias, consultas de tarde, prolongaciones de quirófano y todo tipo de actividades laborales que te agotarán mentalmente. Un poco de metitación: Ohm...

Cuanto más arduamente hayas trabajado en los últimos días en tu tesis, mayores serán las posibilidades de atender a un paciente que te demuestre que tu conocimiento es superficial. Cita: Sólo sé que no sé nada.

Cuando todo el conocimiento esté perfectamente atado en tu cabeza, alguien hará un comentario que lo hará cimbrearse. Corolario: Es bastante probable que ese comentario se haga por casualidad y en la cafetería.

Cuando te sientas orgulloso de tu tamaño muestral, aparecerán incomprensiblemente datos duplicados. Aviso a doctorandos: Antes de empezar a analizar los datos, no te olvides de pasar un filtro de duplicados.

Cuando estés completamente seguro de cuál es el test estadístico más apropiado para un determinado análisis, no estará disponible en tu software. Deducción: Cuantos más programas de Estadística tengas en tu ordenador, más invencible te volverás.

Cuando veas por primera vez tus resultados, no serán tan buenos ni significativos como creías que podrían llegar a ser. Pensamiento interno: ¿Qué alma despiadada inventaría los niveles de significación estadística?

Cuando las referencias bibliográficas estén perfectamente ordenadas, aparecerá un artículo de última hora que viene de perlas para ser citado el primero o el segundo y que te obligará a renumerar todos los demás. Nota mental: La numeración de las referencias es el último paso.

Cuando le envíes el borrador a tu tutor, habrá una falta de ortografía en la primera página. Consejo: Por muy seguro que estés de tu ortografía, nunca menosprecies el corrector ortográfico.

Cuando tengas más ganas de gritar de desesperación, no habrá nadie para escucharte. Recordatorio obvio: La Tesis Doctoral es un trabajo individual. La estás haciendo sólo.

Foto: Ayer. Otro contratiempo.

23 de diciembre de 2011

Partido, Prepartido y Parapartido


-En primer lugar, está el Partido.
-Ajá.
-Es fácil entender qué es el Partido. El Partido está compuesto por los afiliados y los simpatizantes. Son a los que tradicionalmente las personas que no pertenecen al Partido llaman "carnés".
-Es fácil de comprender.
-No tanto. La cosa se complica porque nunca está claro quién tiene carné y quién no lo tiene. En ocasiones crees que alguien es un acérrimo afiliado y un día esa misma persona te sorprende diciendo a voz en grito que no está de acuerdo ni tiene nada que ver ni con la Ideología ni con la gente del Partido. Y te derrumba tu suspicaz teoría.
-¿Y por qué llegaste a sospechar que esa persona pertenecía al Partido?
-Ahí entra el segundo concepto. El Prepartido.
-¿Qué es el Prepartido?
-El Prepartido está formado por todas las personas que, sin tener un carné de partido, ejercen tal responsabilidad en su trabajo que, forzosamente, tienen que tratar con el Partido. Altos cargos. Cargos intermedios. Nunca está claro si alguien pertenece al Partido o al Prepartido, porque preguntar si alguien tiene carné sigue siendo un tabú. Por tanto, los límites del Partido están difusos; nadie sabe dónde acaban. La zona del Prepartido confunde esos límites.
-Entonces, por ejemplo, los grandes banqueros, que deben forzosamente tratar con el Partido que esté en ese momento en el Gobierno para asuntos financieros de gran importancia, ¿pertenecerían a tu grupo del Prepartido?
-No has entendido nada de lo que acabo de decir. Eso no es el Prepartido. Eso es el Parapartido.

A veces mantienes conversaciones que te hacen sentir completamente en 1984.

Foto: Berlín Este.

18 de diciembre de 2011

No es mi culpa


Capítulo 2x08

La crisis económica internacional también había llegado a Hoenn. Ustedes se preguntarán cómo fue esto posible, si en Hoenn nunca se conocieron gobiernos corruptos ni entidades bancarias usureras.

Como todo mundo fantasioso, el de los Pokémon responde a la imaginación de personas que vivimos en el mundo real. Cuando nuestros pensamientos catastrofistas acerca de la insostenibilidad del Sistema ocupan mucho tiempo en nuestra mente, incoscientemente se trasladan a nuestros sueños; y, en nuestro caso particular, ocurrió precisamente eso. Los habitantes de Hoenn se mostraban cada día más temerosos ante la incertidumbre de un futuro peor y engañados por la creencia común de que todo aquello era culpa suya, sin saber exactamente qué habían hecho para ser culpables.

Aunque todo eso a mí me preocupaba poco, la verdad. Yo por aquel entonces tenía otras preocupaciones, trepando las empinadas laderas del Monte Cenizo para llegar a Pueblo Lavacalda y poder competir contra el líder de gimnasio local, especializado en Pokémon de tipo fuego.

Cuando por fin alcancé mi destino, vi que una chica joven, que se encontraba encaramada sobre un montículo de arena, se encontraba arengando a la población de aquella localidad.

Un par de ojeadas me hicieron suponer que ella debía ser la nueva líder de gimnasio. Era muy joven para ser líder, eso era cierto, pero es verdad que el tipo fuego es uno de los más populares entre los entrenadores de nuevas generaciones, predilección muy respetable que personalmente nunca entendí: el tipo fuego es a mi gusto demasiado ofensivo y con poco potencial para la estrategia, por muy bonitas que sean las acrobacias con llamas que hacen estos Pokémon.

La población de Pueblo Lavacalda no era muy numerosa y sí bastante anciana. Para los que no conozcan la geografía de Hoenn, tengo que aclararles que Pueblo Lavacalda es un famoso lugar de retiro para personas mayores. Situado al Sur del Monte Cenizo, goza de sol, buen tiempo y aguas termales durante todo el año. Peor suerte tienen los que tienen que vivir al Norte del monte; el viento empuja hacia ellos las cenizas de este viejo volcán apagado, arruinando las cosechas, condenándolos a una economía de casi subsistencia y convirtiendo esta ladera en un sitio polvoriento en el que las enfermedades pulmonares restrictivas son un problema endémico.

Sí, yo había llegado a la cara del monte en la que vivían los privilegiados. Fue por eso por lo que me sorprendió el discurso de aquella joven chica.

"No es mi culpa. Yo no soy culpable de la crisis, como quieren hacernos creer. Estudié cuando el Sistema me dijo que tenía que estudiar, trabajo cuando el Sistema me dice que tengo que trabajar; y muy duramente, por cierto. ¿Cómo pueden entonces culpabilizarme de algo en lo que ni siquiera he intervenido?

Pero escuchadme bien, porque tampoco es vuestra culpa. Porque vosotros vivisteis dentro del sistema que os tocó y, en las pocas ocasiones que tuvisteis la ocasión para hacer algo para transformarlo, lo hicisteis. Necesitábais una vivienda, ¿quién no? Entonces pedisteis el dinero y, el que era responsable de estudiar si erais capaces de afrontarla, el que realmente sabe de cuentas, de préstamos y pagos, os engañó y os dio luz verde. ¿Sois acaso culpables por haber confiado?

¿Merecemos el miedo diario al paro, al hambre, a la intemperie? ¿Qué fue eso que tan mal hicimos para soportar recortes cada día mayores en Sanidad y Educación?

Sin embargo, sabed que aún tenemos una responsabilidad, porque los que aún tenemos para vivir dignamente debemos saber que al Norte, viven personas que sufren diariamente penurias mayores que las nuestras. Si nosotros somos perdedores, los hay que nunca llegaron a ganar. Y sí os digo que, si alguna culpa podemos tener de todo esto, fue el no denunciar en su día el secreto a voces que todos conocíamos: que para mantener nuestro Sistema a flote cuando éramos ricos, era necesario condenar a muchos a una pobreza infrahumana."

-¿Es ella la nueva líder de Gimnasio? -pregunté. No parece alcanzar la veintena de años. Eso quiere decir que tendría apenas quince cuando la crisis comenzó. ¿Cómo se llama?
-Blanca -me respondió una lugareña entre la multitud.

14 de diciembre de 2011

Mis pacientes conflictivos


Todos los médicos hemos discutido en alguna ocasión con algún paciente; y el que diga que no o es que ha visto pocos o bien miente.

Hace algunas semanas me tocó a mí. Claro que no era la primera vez que me ocurría y, quizás por eso, lo vi venir: a veces puedes sentir cierta predisposición en un paciente hacia un enfrentamiento desde el primer momento de la consulta.

La experiencia es un grado y uno va aprendiendo con la práctica a evitar estas situaciones. Pero hay días en los que, tal vez porque te has levantado más irritable de lo normal o porque el paciente, con un comentario incisivo, te alcanza en tu punto débil, entras al trapo y la discusión se genera. Has caído en la trampa cuando piensas: "Tú, paciente, entras en una jungla que no es la tuya y tienes la osadía de plantarte ante el león y pisarle la cola".

Si caes en el vórtice de la discusión, es muy difícil salir de él, porque las dos únicas escapatorias son la resignación o la huída y generalmente ninguna de las dos partes está dispuesta a ello. Yo suelo escapar indicando al paciente que, si tan descontento está con mi praxis, que me ponga una reclamación, que discutiendo no vamos a solucionar nada, que mejor nos centremos en solucionar su problema y, que si no, las reclamaciones se ponen en la planta baja.

No hubo reclamación, pero puedo asegurar que el enfado me duró a mí más que al paciente. En concreto, porque estuve ofuscado durante cuatro días.

Tanto me duró el enfado, que me planteé si el motivo de que no se me pasara era que yo no tenía razón. Pensando acerca de la situación, recapacité acerca de qué era lo que me había llevado a ella. Y pronto me di cuenta de que el motivo era que estaba intentando tratar una enfermedad en un paciente conflictivo, cuando lo que se debe hacer es tratar a un paciente conflictivo con una enfermedad.

"Ver al paciente como conjunto" y "ver a los enfermos y no a las enfermedades" son axiomas que nos repiten hasta la saciedad en la Facultad y en los cursos de formación complementaria. Pero no ha sido hasta hace unas semanas cuando no he comprendido lo que realmente significan.

No es sólo tratar una enfermedad en un paciente de tales características, sino tratar una enfermedad en un paciente de tales características que cuando lo estoy viendo se siente de tal modo debido a tal otro motivo.

Procuré en mis guardias siguientes prestar atención a este aspecto. Ya no se trataba de taponar la nariz de un paciente hipertenso con una epístaxis del mejor modo posible, sino de taponar la nariz de un paciente hipertenso que se encuentra irritable y nervioso porque le da miedo la sangre del mejor modo posible. Ya no se trataba de sajar un absceso periamigdalino en una joven estudiante sin antecedentes de interés del mejor modo posible, sino de sajar un absceso periamigdalino en una joven estudiante sin antecedentes de interés que está preocupada porque desde las últimas horas no es capaz de abrir la boca y no sabe si se le va a pasar del mejor modo posible.

No eres capaz de discutir con una persona si, desde el primer momento, estás en un nivel superior. Pero no un nivel superior de autoridad, sino en un nivel superior en la relación, cuando conviertes la predisposición a la discusión en otro problema que abordar y resolver durante la consulta.

Y no quiero pecar de cursi, ni tampoco mi intención es intentar aparentar ser buen médico, pero desde que me esfuerzo en encontrar las diferencias entre los pacientes y tratarlos según estas diferencias, las guardias, que a estas alturas de mi residencia, se me antojaban rutinarias y repetitivas, han recuperado la capacidad motivadora que perdieron hace tiempo.

10 de diciembre de 2011

Se busca al Hombre Maceta


Cruzar diariamente el centro de la ciudad, de Norte a Sur y de Sur a Norte, hace que uno vaya conociendo a las diferentes personas que piden un donativo en la calle: el jamaicano que canta reggae a voz en grito, el amputado que enseña impúdicamente los muñones de sus piernas, la mujer estatua que cambia cada semana de plata a bronce y de bronce a plata, la chica joven con acondroplasia, el joven violinista delgado rubio con el pelo largo y recogido en coleta y el violinista de edad media moreno y no tan delgado.

Pero quien más me llama la atención de todos ellos es el Hombre Maceta. El Hombre Maceta es un chico joven, rubio, que todos los días se pinta la cara de verde y, vestido en un traje verde lleno de ramajes de plástico, se planta en un tiesto gigante en el que permanece inmóvil mañana, tarde y noche, con la vista fija al frente.

Durante mucho tiempo quise invitar a café al Hombre Maceta, pero como soy tímido, nunca tuve suficiente coraje para hacerlo. Alguien que lleva tantos años viendo a los habitantes de la ciudad pasar frente a sus narices y sin ni siquiera poder gesticular debe haber reflexionado obligatoriamente durante años sobre la realidad que ve a diario y a tener un punto de vista peculiar y digno de conocer.

Y, si por algún casual, resulta que el Hombre Maceta, durante todo este tiempo, nunca pensó en nada y fue capaz de dejar la mente en blanco durante horas y horas, en cierto modo, perderé un poco de esperanza en el ser humano.

Afortunadamente, está Joaquín, quien aceptó acompañarme en mi invitación a café al Hombre Maceta y así hacer que la situación fuera menos vergonzosa. Pero nuestro gozo cayó en el pozo desde que el Hombre Maceta ha desaparecido y no consigo localizarlo ni en Sierpes, ni en la Avenida, ni en Tetuán.

Así abrimos una campaña de búsqueda y captura del Hombre Maceta. Rogamos encarecidamente a quien lo localice de nuevo que nos deje una reseña de su localización. Nosotros, por nuestra parte, prometemos contar la entrevista.

Foto: Tetuán, sin el Hombre Maceta.

5 de diciembre de 2011

El problema de Espeonza


Llegó a nuestras vidas hace escasamente un par de semanas con una sencilla frase "me desorino".

Espeonza Aguirre, un perfil de Twitter que caricaturiza a la política Esperanza Aguirre ha conseguido, con sólo ciento cincuenta tweets, una legión de más de 50.000 seguidores que leen atentos sus comentarios despóticos hacia los grupos sociales a los que tradicionalmente se les atribuye ser marginados o maltratados (con o sin razón) por los partidos de derecha: personas con escaso poder adquisitivo, minorías raciales y homosexuales.

A través de su cuenta de Twitter, Espeonza se ríe abiertamente de cómo unas supuestas medidas sociales de un conservadurismo extremo y unas imaginarias políticas económicas muy neoliberalistas perjudicarían a la mayoría de los ciudadanos españoles.

Espeonza se ha convertido en "trending topic" de las conversaciones de muchos médicos con cuenta de Twitter. Afirmaciones como: "Sabéis qué? ¡¡Mañana mismo privatizamos la sanidad!! JAJAJAJAJA. No. Es broma. Mañana mismo no. En un par de meses." han calado en un colectivo que vive diariamente con el temor a la quiebra del Sistema Sanitario.

Es un hecho que los comentarios de Espeonza tienen mucha más difusión que los de la propia Esperanza Aguirre. Esperanza Aguirre ha sido un personaje político tradicionalmente ridiculizado (desde el primer gobierno del PP, donde su muñeco ya aparecía como una señora tonta en "Las noticias del Guiñol", pasando por el acoso mediático de Pablo Carbonell en "Caiga quien caiga"), pero lo cierto es que ha ganado varias elecciones democráticamente.

¿Cuál debe ser el papel del community manager de la auténtica Esperanza? ¿Cómo evitar el deterioro de su imagen que Espeonza realiza diariamente?

Denunciar la cuenta para su cierre sería una actitud torpe, puesto que lo que menos le interesa al PP es fomentar entre la comunidad tuitera un sentimiento de censura ante la libertad de expresión; sobre todo porque, inteligentemente, Espeonza en ningún momento ha proporcionado de forma explícita información que haga pensar que suplanta a Esperanza. Incluso es difícil asegurar que la foto de perfil de Espeonza pertenezca realmente a la política.

Sin duda, la actitud más cabal sería que el Partido Popular invitara a quien está detrás de Espeonza a expresar sus opiniones en persona, en un debate abierto. En el caso de que Espeonza aceptara, el PP aumentaría su respeto por parte de los cibernautas; en el caso contrario, la propia Espeonza se descalificaría.

Mientras estamos pendientes de cómo se desarrollan los acontecimientos, contemplamos cada día nuevas dificultades para mantener la reputación digital.

1 de diciembre de 2011

Eso es lo que eres; esto es lo que pagas


A un grupo de amigos médicos nos sorprendió la semana pasada en la cafetería del hospital las grandes diferencias que existen entre las cuotas de las diferentes sociedades de especialidades médicas.

Incrédulos ante lo chocante de la situación, decidimos hacer un estudio informal en las páginas web de las diferentes sociedades y confeccionar una tabla con el importe de las cuotas de las más de treinta especialidades médicas que existen en España.

Lo primero que nos llamó la atención de nuestro estudio es que aproximadamente la mitad de las sociedades no informan en su página web de la cuantía de sus tarifas anuales, por lo que no es posible la comparación entre unas sociedades y otras.

Entre las sociedades que comparten de forma abierta esta información, la mejor situación más favorable es la de los oncólogos médicos, que sólo deben pagar 36 euros al año (18 euros los residentes) por pertenecer a su sociedad y reciben dos revistas diferentes de actualización en su domicilio. El extremo contrario es ocupado por los cardiólogos, que deben pagar 175 euros anuales (que se reduce a sólo 20 euros para residentes) . La cuota incluye la inscripción a la revista nacional.

Pero el mejor ejemplo es el de la Sociedad Española de Medicina Interna quienes, a pesar de no tener publicado el coste de sus cuotas, han organizado la inscripción de forma que ésta es automática cuando uno se hace socio de la sociedad autonómica correspondiente, matando dos pájaros de un tiro.

Para consultar el documento, puedes hacer clic en el siguiente enlace. Está alojado en Google Docs y su edición es libre; así que puedes sentirte libre de completar la información de la tabla.

Cuotas anuales de las sociedades médicas españolas