Mis amigos se sorprenden cuando les cuento que los sanitarios nos pinchamos con relativa frecuencia.
No es algo muy común, pero en ocasiones, a pesar de todas las precauciones que se toman, uno se pincha con una aguja contaminada con la sangre de otro paciente. Afortunadamente, el riesgo es bajo, entre otras cosas porque cuando la aguja traspasa el látex de tu guante, se limpia por la tensión que el plástico ejerce sobre ella.
Si te pinchas, quítate rápidamente el guante y exprímete el lugar del pinchazo intentando que salga sangre tuya por él. Después, lávate la zona afectada y comunícalo al responsable de pinchazos de tu centro sanitario.
Los contagios son raros porque, habitualmente, el paciente está sano. Incluso cuando el paciente tiene alguna enfermedad, contagiársela es poco probable. Esas enfermedades que se pueden transmitir son las hepatitis B y C y el VIH.
Yo me he pinchado más de una vez y eso implica pasar los siguientes seis meses con la incertidumbre de un posible contagio y realizándose serologías periódicas. Por este motivo, se ha discutido en ocasiones que los trabajadores sanitarios tengamos en nuestro sueldo un complemento por riesgo biológico. Personalmente, fui consciente de los riesgos que entrañaba mi profesión antes de elegirla y, si bien por un lado creo que un complemento por riesgo biológico no sería injusto, considero prioritarias en este momento otras reformas retributivas que ahora no vienen al caso.
Lo que sí quiero comentar son dos situaciones que, desde estudiante, me han llamado la atención en relación con los pinchazos de los sanitarios.
La primera de ellas es que algunos trabajadores, afortunadamente pocos, no comunican los pinchazos de forma pertinente. Esto sobre todo ocurre cuando la aguja está contaminada con sangre de alguien con poco riesgo de tener una enfermedad contagiosa; como por ejemplo, un niño. Es verdad que el riesgo de contagio es muy bajo en la mayoría de los casos, pero también lo es que las posibilidades de contagio por pinchazo son reales y que deberían de quedar todos ellos registrados de forma pertinente; si no por motivos de prevención, al menos por motivos legales.
La segunda situación es la relativa a nuestra vida sexual. De ser una persona presuntamente sana, pasas a ser alguien con posibilidades de tener y poder transmitir hepatitis y VIH. Yo considero que tu(s) pareja(s) sexual(es) tienen derecho a saber esa nueva situación. Y tener que dar esa noticia no es algo que aumente precisamente la líbido.
A pesar de vivir con la incertidumbre de un posible contagio y de las consecuencias sobre la sexualidad, no protesto. Como escribí antes, siempre fui consciente de este gaje de mi oficio. Pero creo que es bueno comunicar esto a las personas que desconocen esta realidad sobre los sanitarios.
Foto: Punta de una aguja al microscopio electrónico de barrido, observándose colonias de bacterias.
7 de diciembre de 2010
Pinchazos en personal sanitario
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Gajes del oficio
En mi, todavía corto, contacto con la Medicina no he sufrido o presenciado ningún pinchazo, pero curiosamente también es un tema que me interesa bastante. Algo que también me ha llamado la atención y que tal vez la gente no sabe es que cuando acude algún paciente con infección diagnosticada (VIH, VHB, VHC) las medidas de protección que toman los médicos para protegerse y protegerle, se multiplican.
Ánimo con el "calvario" de las serologías.
Qué interesante lo que cuentas siempre, leshes.
Un motivo más de por qué no elegí tu profesión.
Y, desde ahora, un motivo por el que los médicos no están en mi top5 de profesiones para un novio. xD
sorprendente las inmediatas respuestas a tu post, eso anima a seguir escribiendo.
Yo tambien me he pinchado...grrrr..una de ellas la aguja cayó al suelo y rebotó clavándose en mi pie perpendicular al suelo,ahhhhh, otra vez aproveché y me hice una glucemia, diagnóstico inmediato, las demas que he presenciado, como tu dices...no son gratos los 6 meses posteriores ¡en fin, gajes y mas cuidadin!
(qué buen comentario el de cherry jejej)
saludos familiares Emilio, llueve a mares
un beso rosa
Bueno, bueno, bueno....ays...lo siento. Y reflexiono...el cansancio debe de tener una relación con este tipo de cosas.
Piensa en positivo, con este post estas alertando a tu(s) pareja(s) sexual(es) presente(s) y futura(s)de que vas a estar bajo vigilancia unos meses y que hay que extremar las precauciones, por tanto, si lee tu blog, te ahorras dar mas explicaciones.
En fin, que trabajar en un hospital tiene unos riesgos, que como tu bien dices,los profesionales asumen. Muchos ánimos, que esta noche...no duermes en el Hospital, y eso es tambien importante!!!
Pues oye, yo tampoco es que haya tenido que pinchar mucho, pero ya me he pinchao 2 veces.
Sólo que tengo la "manía" de pincharme yo sólo, antes si quiera de haber tocao al paciente.
Yo cambiaba la aguja y seguía a lo mío sin decírselo a nadie... jaja.
No obstante, tiene que ser una experiencia bastante desagradable el pincharte sacando sangre de un paciente, y si sabes que tiene VHB, VHC o VIH mucho peor!!!
Un sin vivir, vamos...
Interesante la reflexión. Yo añadiría algo más. No siempre son 6 meses de sinvivivir, pues si sabes de qué paciente procede la sangre, se le hace la serología al paciente fuente y si no tiene alguna de las enfermedades mencionadas, pues asunto zanjado. Saber que el paciente es portador no implica tomar más precauciones qeu con los que no tienen diagnóstico. Una persona VIH+ sin diagnosticar tiene más carga viral que una diagnosticada y tratada. Otra cosa que también conviene mencionar es que algunos sanitarios toman la estrategia del "avestruz" al no querer notificar el incidente, !imaginate que hay un contagio real! ¿no seríamos señalados con el dedo por ser el/la doctora con VHC? Todavia hay mucha discriminación.
Esto es extensible a todos los que trabajamos en los entornos sanitarios, también están incluidos los fontaneros, los mecánico ....
Una de las cosas que me llamó la atención cuando llegué al hospital es la escasa atención que ponía "mi gente" a lo que tocaba y donde entraba, afortunadamente ahora la cosa es distinta, el personal está más formado y tiene más cuidado ....
Muy de acuerdo con Juana, y quiero agragar algo que sale de mi experiencia: las personas que limpian en el hopital, clínicas, ambulatorios, etc. Cuando trabajaba en una mutua, no te imaginarás la cantidad de personas que venían por pinchazos al recoger las papeleras... Sí, todavía tenemos compañeros que tiran jeringuillas a las papeleras. Ojalá lo dejen de hacer los que lean tu post.Lo peor es que en ese caso se desconoce el paciente fuente, lo que hace imposible descartar una fuente infecciosa, valga la redundancia.
Yo me he pinchado 2 veces, una de ellas tomé tratamiento antiretroviral. No se lo deseo a nadie, aunque no cambiaría mi profesión por nada del mundo...ah! y otra cosa: Es más fácil contagiarse de Hepatitis B que de VIH, así que todos tenemos que vacunarnos! Nada de después...
(Me he pasado un poco de largo en el comentario, sorry) (me encanta la foto de tu post)