25 de septiembre de 2010

Javier busca su estilo


Javier es uno de mis compañeros residentes de Otorrinolaringología. Hemos pasado bastante tiempo juntos trabajando en el hospital y hemos tenido tiempo para hablar de muchas cosas.

-Trabajamos mucho buscando la calidad -le dije un día- pero no nos preocupamos apenas de la percepción de la calidad.

Una de las grandes injusticias de la asistencia médica es que lo contento que esté el paciente con el médico no siempre se corresponde con la calidad de la actuación del médico: se ven a menudo pacientes no tratados adecuadamente que hablan maravillas de su médico y pacientes con tratamientos brillantes que sólo tienen palabras negativas para él.

Si me preguntáis qué es más importante, si poner un tratamiento de calidad o que el paciente crea que está siendo tratado con calidad, me decanto por lo primero: es deseable tener a pacientes bien tratados y descontentos. Sin embargo, lo digo con la boca chica, pues se me vienen a la cabeza docenas de ejemplos en los que el paciente está recibiendo un tratamiento no muy acertado pero, al estar tan contento con la praxis del médico que le ha atendido, se encuentra mejor.

-¿En qué debo trabajar entonces? -me preguntó Javier. ¿En hacer medicina de calidad o en ser un médico que haga creer a la gente que está recibiendo medicina de calidad? Es posible hacer las dos cosas a la vez pero, si durante la consulta estoy pensando en dar una apariencia o en causar una impresión positiva, no estoy todo lo concentrado que debería para decidir si debo hacer un TAC o no; o de decidirme por un tratamiento u otro.

No tengo una respuesta rotunda para la pregunta de Javier que sea aplicable universalmente. De hecho, le llevo dando vueltas a este texto meses antes de proponer mi solución.

Yo sugiero que el profesional no trabaje ni pensando en dar una asistencia de calidad ni pensando en dar una apariencia de asistencia de calidad. El profesional debe trabajar intentando fomentar su empatía. La empatía, esa virtud que es tan fácil de olvidar en esta profesión cada vez más deshumanizada (a mí me ocurre el primero), permitiría a la vez causar una buena impresión en el paciente, al percibir éste interés por parte del sanitario que le atiende. Por otro lado, al interiorizar mediante la empatía el problema del enfermo, no tendremos problemas para proponerle el tratamiento que creamos más acertado para él.

Pero claro, empatizar con los pacientes no sólo es difícil, sino que hace más probable que te lleves los problemas a casa. Quizás el truco sea trabajar sintiendo, y no actuando ni fingiendo.

Foto: Javier, sentado en un banco en el muro de detrás del pabellón de Portugal.

6 firmas. Añade tú la tuya:

Dr. Bonis dijo...

podriais pedirle a vuestro jefe de servicio que invitara a algun especialista rlen estos asuntos (medico de familia) ya que detecto un deficit formativo al respecto. ya sabes, aquello de "el abordaje de la hipoacusia, asignatura pendiente de la atencion primaria" reformulado en "la comunicacion con el paciente, la asignatura pendiente de la otorrinolaringologia".

como dudo que le convenzas (pese a que seguramente él este intentando organizar cursos de ORL para darselos a medicos de familia) te recomiendo dos lecturas clasicas escritas por medicos de familia:

Manual de entrevista clinica de Borrell i Carrio.
The inner consultation de Neighbourg.

El problema de "tener la sensacion de estar actuando y no poder centrarme en si tengo que pedir o no un tac" es especialmete resuelta en el segundo libro, mediante el desarrollo de unas pautas fijas de modo que al final es como conducir o montar en bici. Yo lo practique mucho de R4 (cuando tenia el apoyo de mi tutor en otra consulta y asi disponia de 20 mins por paciente). Ahora ya lo aplico en 3 minutos con exito aceptable.

la entrevista clinica es probablemente mas compleja tecnicamente que una cirugia. y seguro que en tu servicio no te dejan que aprendas la tecnica quirurgica "a base de ensayo y error por tu cuenta".

Emilienko dijo...

Gracias por las referencias bibliográficas, las localizaré.

Tienes razón en que la entrevista es muy important y qu tiende a estar olvidada. En mi hospital tenemos la suerte de contar con un curso obligatorio para los MIRes sobre entrevista y además actividades periódicas sobre este tema en formación continuada.

No obstante, como en cirugía, la aplicación de la teoría a la practica es tan compleja que parece que la formación nunca es suficiente.

Dr. Bonis dijo...

por curiosidad ¿quienes dan esos cursos de formacion en entrevista clinica de tu hospital?

Emilienko dijo...

No sé quién lo organiza, me entero y te lo cuento :)

Bellatrix Black LeStrange dijo...

[No tiene que ver, pero he visto esto y me he acordado de ti de inmediato: http://www.youtube.com/watch?v=sDX1m0Y2Vkg
En nada me pongo al dia con los post!!)

enfermero9 dijo...

Un poco tarde pero la cuestión es apasionante.
"...empatizar con los pacientes no sólo es difícil, sino que hace más probable que te lleves los problemas a casa. Quizás el truco sea trabajar sintiendo, y no actuando ni fingiendo.""
El truco está en trabajar sintiendo, si tus sentimientos no te conducen a empatizar "algo" con el paciente... puede que hayas equivocado la profesión o debas dedicarte sólo al quirófano :).
Por otro lado, cuando el paciente se siente bien tratado hay más posibilidades de que haga un buen seguimiento del mismo.
Puedo estar equivocado, pero esa es mi experiencia.