Capítulo 2x01
Estábamos próximos a cumplir la treintena, pero como si todavía tuviésemos doce años, nos pusimos a hablar sobre Pokémon en mitad de la Alameda de Hércules. Fascinados por la magia de este juego, los tres habíamos sido entrenadores en nuestro tiempo y nos habíamos enfrentado entre nosotros en más de una ocasión.
-¿Has empezado ya a jugar al remake de la segunda generación? -me preguntó Vientoblanco.
-No. No sabía que hubieran sacado un remake.
-Ya hace tiempo -siguió Giz. Yo he elegido como primer Pokémon al de tipo planta y Vientoblanco al de tipo fuego. Tienes que empezar a jugar ya; compra el juego este lunes y elige a un Pokémon de agua. Así conseguiremos entre los tres tener un equipo fuerte.
-Que va... me gustaría, pero es que no tengo tiempo.
-¿Cómo que no tienes tiempo?
-En serio, no puedo. Tengo muchas cosas que hacer, no puedo permitirme gastar una hora diaria en atrapar bichos que no existen. Ya estoy muy mayor para eso.
-No, lo que pasa es que desde hace un tiempo te crees que haces cosas más importantes. Fíjate en tu blog. Antes te dedicabas a contar tus aventuras en el mundo Pokémon. De acuerdo, esas aventuras no ocurrieron nunca, pero en cierto modo hacían que tu imaginación siguiera viva. Y ahora... ahora sólo hablas de enfermos; o peor aún, de gestión de enfermos. Tu blog está siempre hablando de enfermedad: es enfermizo.
Pero yo sabía que aquello no era exactamente así, que la verdad era que ahora llevaba muchas cosas adelante: la tesis, las comunicaciones a congresos, mi proyecto de eHealth, mi casa, la compra, la limpieza, la comida, las relaciones por Twitter, los pacientes, el estudio de la especialidad y mucho más. No me quedaba tiempo y, al fin y al cabo, Pokémon no era algo tan importante como lo demás.
-Emilienko.
-Dime.
-Tus nuevos planteamientos; me recuerdan a la historia de Momo y de los hombres grises.
Foto: La Alameda de Hércules, ayer por la tarde. En la foto, de izquierda a derecha, nuestros Pokémon distintivos: el Staryu de Vientoblanco, mi Gloom y el Clefairy de Giz.
2 de mayo de 2010
De vuelta en la Alameda
Actualizado por Emilienko a las 16:27
Esta actualización pertenece a la colección Aventura Pokémon
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Deberías seguir cazando Pokemón.
Y esto puedes tomártelo como una metáfora de lo que quieras.
:)
Interesante reflexión... Deberías de tenerlo muy en cuenta en tu tiempo libre.
BTW, reformé mi blog.
¡Me encanta! Tienes que retomar la aventura pokémon, siempre fue una sección tuya muy personal (con esas metáforas tan ingeniosas) y muy original! Y ya sabes que tus seguidores ansiamos batirnos en combate una vez más.
:-)
Nadie te prohíbe meter, aunque sea con calzador, una escapadilla al mundo de los Pokémon. No dejes a los grises que se coman toooodo tu mundo ^^
Y ahora por tu culpa tengo ganas de jugar a Pokémon! ¡Maldita sea! XD
El mío era Pichu, que era tan tan tan gracioso... Claro que pasé también por Totodile y Torchic, y un montón más
Creo que jugué todos menos estos últimos que salieron hace nada...
Bueno, si te interesa puedes intentar sacar tiempo de donde sea. Siempre tenemos por ahí alguna horilla muerta...
Somos muchos quienes echamos de menos tus entradas "Pokémon". Si hace falta, hasta haremos un grupo en Facebook de presión.
Nadie te prohíbe meter, aunque sea con calzador, una escapadilla a este mundo sin Pokémon. Pero tampoco dejes a los no grises que se coman toooodo tu mundo ^^
Y ahora por tu culpa tengo ganas de jugar a Pokémon! ¡Maldita sea! XD
;-)
No hace falta que te partas en dos, ni ceder a los hombres grises. Precisamente, hablar desde el mundo Pokemon sobre eHealth o gestión sanitaria es lo contrario de un blog enfermizo: ¡Ésa es la vida de verdad, la que se bate el cobre del mundo real todos los días con una mirada Pokemon! Lo enfermizo es disociarse hasta quebrar. Hay que llevar a Pokemon hasta las zonas más recónditas de la sanidad. Lo estás haciendo. Y lo sabes. :)
Un día nos vas a tener que dar un diploma de entrenadores Pokémon a todos los que llevamos siguiendo este curso por correspondencia desde el principio. Saludos,
Salva.
Me gusta este post Emilio, es verdad que de vez en cuando hay que intentar recuperar el espíritu de momo y no dejarnos consumir por los hombres grises...gracias!