13 de septiembre de 2009

No hay mal que por bien no venga


-Todo el bloque de pisos está inundado y creemos que es por la obra de tu casa.

No es desde luego la mejor manera de despertarse un domingo por la mañana. A esto le siguió un desayuno con prisas, vestirme con lo primero que encontré, encontrar en la tercera estación una bici pública, pedalear corriendo hasta el piso, llegar, saltar un charco, abrir la puerta y ver que...

...al final la inundación no se debía a la obra de mi casa, sino a una rotura de tuberías un par de pisos más arriba.

Sin embargo, al entrar en el piso y comprobar cómo en los últimos diez días que hace que no voy por allí, la obra no ha avanzado absolutamente nada, me puse furioso.

-Por lo menos, la cocina a estas alturas debería estar terminada -pensé.

Miré de nuevo la inundación y fue entonces cuando descubrí una gotera que caía sobre donde teóricamente estaría mi nuevo microondas. Fue entonces cuando me alegré de que mi obra estuviera tan retrasada.

Foto: Reconstrucción 3D de mi futura cocina (sobre papel mojado).

4 firmas. Añade tú la tuya:

Dafne Laurel dijo...

Por una vez la lentitud natural de los albañiles ha conllevado un bien.

Me gusta tu futura cocina :)

Anónimo dijo...

Jajaa

Es la típica historia de cabreo-alivio-cabreo-alivio que predispone a cardiopatías múltiples.

Venga, ahora debes hacerte la inútil promesa de no volverte a cabrear hasta comprobar que tienes un motivo real*

Abreaun dijo...

Si un día tienes un rato, a ver si podemos tomarnos un café. Necesito hablar contigo, a ver si me ayudas a poner los pies en la tierra, aunque poco a poco yo voy haciéndolo.

P.D: No te preocupes por el texto, que una vez leído suena algo preocupante, en serio. Pero cuando puedas, avisa. Cuidate

Fer dijo...

¿Lo has hecho con la herramienta de Ikea?