19 de noviembre de 2010

Qué son las amígdalas


Uno de los motivos por los que los otorrinos somos conocidos es por nuestra pasión por quitar amígdalas. Aunque la amigdalectomía ya no se practica tan frecuentemente como en los años de la postguerra, sigue siendo una de las operaciones que más se realizan. Afortunadamente, la técnica quirúrgica ha evolucionado mucho. Ahora las amígdalas se quitan con anestesia general y controlando cualquier sangrado; antiguamente la amigdalectomía ni siquiera se hacía en quirófano. Simplemente, un celador fuerte envolvía al niño en una manta y lo sujetaba rígidamente, mientras el otorrino amputaba las dos amígdalas del niño con una especie de guillotina llamada Sluder y que a mí me recuerda a un cortapuros con mango más que a otra cosa.

Cuando tengo estudiantes en el quirófano, yo siempre les explico dónde están las amígdalas comparándo la boca con una bóveda de crucería, como las de las catedrales góticas. Quizás no sea un símil muy ortodoxo anatómicamente hablando, pero es una descripción mucho más romántica que decir que las amígdalas son dos sacos de glóbulos blancos llenos de oquedades en su superficie en las que se acumulan diversos gérmenes, pus y restos de comida.

Si en este momento te entran unas ganas terribles de mirarte las amígdalas, te recomiendo que te pongas en frente de un espejo y abras la boca. Deja la lengua dentro y respira sin usar la nariz. Fácilmente localizarás tu campanilla y verás que, como una bóveda de crucería, está sujeta por cuatro columnas llamadas pilares amigdalinos: dos anteriores y dos posteriores. Tus amígdalas están a los laterales, entre las columnas de delante y las de detrás.

En la foto, las localizarás siguiendo las flechas azules. Al tragar, la comida cae desde la boca a la faringe, por el sendero que señala la flecha amarilla. Las amígdalas se aproximan entre sí y el bolo alimenticio se frota contra ellas, exponiendo los alimentos a los glóbulos blancos que viven dentro de las amígdalas.

Dentro de unos días, os contaré por qué se infectan las amígdalas y cuándo se debe hacer una amigdalectomía, con todas las controversias que plantea su tratamiento. Por hoy, vais más que servidos.

Foto: "Passau cloister chapel" por cortesía de Andrea Kirkby, modificado con mi esquema anatómico.

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@menelwencilla dijo...

Ya estás recurriendo a títulos provocativos para que la gente lea tus entradas del blog... ¡si no te hace falta! ^^

@DefiyingGravity dijo...

gran entrada la de las anginas en tu blog, como amigdalectomizado q soy, me reí bastante leyendolo! ;-)

Anónimo dijo...

muy bien explicado si señor,

Atención Primaria Vigo dijo...

Yo no tengo tampoco amígdalas! Lo de las "pelotas" lo puedo hasta llegar a entender... las mías lo eran y por eso me las quitaron, jeje, demasiado grandes para tan poca boca, jeje.

Xavier Blasco dijo...

Como amigdalectomizador quiero felicitarte por la explicación de la anatomía de la orofaringe tomando como ejemplo la bóveda de crucería. Si señor.
Espero ver las indicaciones. Pocas. Creo.

BELTRÁN LAGUNA dijo...

hasta que algún día te pidan que se las enseñes, pero de verdad

(cosas peores se han visto)

muy buen gancho en facebook, sí señor

VitoteM dijo...

Verdades como puños

Anónimo dijo...

Bien, a las 3 de la mañana y con un nene con mucha pus en las amígdalas en la sala de espera viendo qué tal le sientan los antitérmicos, me ha gustado mucho tu entrada. Espero con impaciencia la continuación del cuento.

Entre tanto, me voy a darle el altA...

Dafne Laurel dijo...

que asquito.

pero que te quiten las amígdalas te deja desprotegido ante ciertas enfermedades, ¿no?

Frank Lhermitte dijo...

Como siempre, buen símil. Estamos ahora en plena temporada de faringoamigdalitis y se nota.

khaarl dijo...

El haber dicho que "los otorrinos somos conocidos [por] nuestra pasión por quitar amígdalas" me ha dejado perplejo. En primero lugar, al descubrir que eres otorrino. En segundo lugar al conectar esta idea con el hecho de tener yo dos bolas demoníacas al fondo de la garganta que poco más hacen que mi vida imposible.

Ni que decir tiene que espero como un idiota tu explicación de buen profesional. Cuando la hagas te diré HVALA, HVALA, HVALA, aproximanda mucho mis amígdalas entre sí.

Anónimo dijo...

Te lo habré contado mil veces, pero no puedo resistirme:

INTRAHISTORIA DE LA MEDICINA

A mi padre le quitaron las amígdalas con 10 años.
Entonces, no se llevaba la asepsia y le pegaron la hepatitis B.
Mi abuelo aun conserva esas amígdalas infecciosas en un bote de tomate en conserva con formol, junto a la botella de aguardiente con un pepino dentro.
Ese año hubo una epidemia de hepatitis en Ayamonte: el practicamente le pinchaba a mi padre algo (no me preguntes qué...) todas las semanas con la misma aguja con la que pinchaba al resto de los niños del pueblo.

EN fin...
Algo hemos avanzado...

Fin*

PD: Gran símil. Me recuerdas a tus inicios...

Anónimo dijo...

quise decir "el practicante"...

*

Anónimo dijo...

Seré operada de amígdalas en breve. ¿Qué tiene de cierto eso que me dicen todas las señoras mayores de mi familia de que engordaré por quitármelas? (entre otras pegas) ¬¬ (Si, son majísimas, dando ánimos)

No se si ahora devolvereis las amígdalas al paciente pero... espero que no sea metidas en un bote de tomate :D