12 de noviembre de 2010

La bombilla de 40 watios


Las mañanas comienzan cuando se enciende en el techo la bombilla de 40 watios, que proyecta sobre las paredes del dormitorio la endiablada combinación de estrellas de seis y cinco puntas de la lámpara, creando un siniestro juego de luces y sombras.

Medio giro sobre mi mismo es suficiente para dormir esos necesarios diez minutos de más por los que el despertador fue estratégicamente programado diez minutos antes. "Miente. Di que estás enfermo, que no puedes ir. No te echarán de menos. Todo funcionará sin ti."

El calor del edredón desaparece bruscamente al incorporarme y siento en la cintura el frío que las paredes de una casa antigua no han dejado de desprender durante toda la noche. Todo el mundo al dormir se deja la cintura al descubierto.

Me calzo las zapatillas, abro el grifo de la ducha, salgo corriendo al patio para encender el calentador; desde hace meses, el agua caliente sólo funciona así. Maldigo mentalmente al fontanero durante todo este proceso, para conseguir una efímera sensación de tranquilidad que se continúa artificialmente durante cinco minutos de ducha, jabón y champú.

Mi imagen al otro lado del espejo me mira la barba, consintiendo que el sangriento episodio de cada uno de mis afeitados se demore un día más.

En la cocina siempre hay migas de alguien que cenó y no recogió bien. No es raro que me tenga que poner a despegar los secos restos de queso fundido de la sandwichera en un semiconsciente acto de sumisión. El ColaCao no sabe igual con leche desnatada y cualquier desayuno dulce es sensiblemente menos dulce antes de las siete de la mañana.

La bicicleta espera pacientemente para recorrer durante media hora el camino que la separa del hospital. Su conductor piensa cada mañana, mientras que cruza el oscuro parque de árboles que conforma una buena parte de su recorrido, que debería cambiar esa bombilla.

Da una luz muy triste.

7 firmas. Añade tú la tuya:

BlackZack dijo...

No soporto la luz amarilla T_T Yo soy fan de las bombillas de bajo consumo, tan blancas ^O^

Amalita dijo...

Un buen despertar a veces condiciona el resto del día.

angela dijo...

me encanta como lo describes todo.

R-menor dijo...

Emilienko! Hay una relación directamente proporcional entre la manera de despertar (alegre, entusiasta) y tu desempeño y experiencias durante el día. Con una diferencia estadísticamente significativa (p < 0,001) te recomiendo cambiar la bombilla y ... la tostadora de pan! (Que tal tostadas con mermelada y mantequilla?)(Croissant congelados que horneas mientras te vistes?)
Jejejeje...
Un beso!

Anónimo dijo...

Unos consejos sobre el desayuno Emilienko. El pan, integral, se riega con un poco de aceite. Una pieza de fruta no debe faltar. Si te tomas un café o un té vas a pedalear más rápido y vas a estar más alerta. Llévate otra pieza de fruta en el bolso por si tienes tiempo para tomarla a media mañana.

Sophie dijo...

¿Y si cambias esa estrella tan triste y de luz mortecina por otra de papel de colores, con una bombilla más potente?
¿Y si te llevas todas las mañanas un sandwich con el pan tostadito para disfrutarlo a media mañana mientras lees la historia clínica de un paciente?
¿Y si cuando te despiertas piensas en que seguramente a la tarde haga una buena temperatura para darse una vueltecita por las calles del centro de Sevilla?
¿Y si...?

Dafne Laurel dijo...

A mí me gusta tu lámpara, es mejor que la mía, inexistente.