Desde principios de esta semana, los profesionales sanitarios ya nos podemos vacunar de la gripe A. En todo este asunto de la gripe, me llama la atención que bastantes profesionales sanitarios no tienen muy claro qué es lo que van a hacer respecto a la dichosa vacuna.
Algunos van a vacunarse, argumentando que trabajan en un lugar de riesgo y que tienen más posibilidades de contagiarse que el resto de la población. También tienen cierto temor a desarrollar la enfermedad con pocos síntomas, de llevársela a su casa sin darse cuenta, de contagiar a sus familiares y de que éstos desarrollen una gripe más grave.
Sin embargo, la mayoría de mis compañeros con los que he hablado del tema han optado por rechazar la vacuna. El miedo a sus posibles efectos secundarios en un futuro y el hecho de que la vacuna lleve escualeno como coadyuvante hacen que no se fíen de ella.
Desde que era estudiante, me he vacunado de la gripe puntualmente en otoño. No lo he estado haciendo por evitar enfermarme, sino por el hecho de que puedo sufrir la gripe de forma subclínica, confundirla con un resfriado gordo y de irla paseando tranquilamente por el hospital, contagiándosela a los enfermos.
A pesar de esto, este año no me voy a vacunar. Podría argumentar a mi favor que los datos actuales parecen indicar que la gripe A se comporta de forma más benigna que las gripes de otros años o que ha sido beneficioso que la gripe A haya desplazado a la gripe estacional, pero eso sería mentir. Si no me vacuno es porque estoy en el grupo de sanitarios con miedo a los efectos secundarios de la vacuna.
Lo más probable es que la vacuna sea segura. Lo más probable es que la gripe A se siga comportando de forma benigna. Pero nadie sabe con seguridad qué es lo que puede pasar mañana, del mismo modo que hace unos meses era difícil adivinar si la gripe A se iba a comportar de forma benigna o agresiva. Por este motivo, no voy a criticar el gasto sanitario que se ha hecho en plena crisis económica y que cada día que pasa parece menos justificable.
Al fin y al cabo, si la pandemia hubiera sido grave, ¿qué tipo de país habríamos sido si no hubiésemos estado a la altura de afrontarla dignamente?
Foto: Nuevo anuncio del Ministerio sobre la vacuna de la gripe A, en una parada de autobús en frente de un hospital.
19 de noviembre de 2009
Gripe A: por qué no me vacuno
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Yo voy contigo: tampoco voy a vacunarme. La verdad es que tampoco me pongo la de la gripe estacional porque el único año que tuve un gripazo de mil pares fue precisamente el que me vacuné.
Y también me dan miedo los efectos secundarios...
Es que teniendo en cuenta la incidencia tan benigna de la gripe, es un riesgo no asumible el ponerse la vacuna, entiendo yo. No sería la primera vez que una vacunación masiva termina con un montón de gente enferma de otras cosas derivadas de los efectos secundarios.
Mi padre estuvo la semana pasada en el medico en un control rutinario de su diabetes y su medico le dijo que tenia que vacunarse sí o sí...
Lo hablamos en casa muchas veces y tenia bastante claro que no iba a vacunarse en caso de que él entrara en el grupo de riesgo...
Pero por lo que veo el medico no le da eleccion!
Sigo sin fiarme de esa vacuna...
Es que ni vosotros os fiais, da para pensar...
Mi hermano Pablo está operado de corazón, y mis padres han decidido que se vacune de la gripe A. Espero que no ocurra nada. Saludos.
Yo pienso como tú, pero si padeciese asma grave, por ejemplo, o cualquier otra cosa que me ponga más en riesgo que la vacuna en sí, sería otro cantar.
Yo no me vacuno... aparte de por no ser población de riesgo porque ya he pasado un gripazo de narices este año y es probable que fuera la A...
De todas formas... si estuviera en grupo de riesgo por patología grave o tuviera contacto frecuente con enfermos de gripe A... probablmenete lo hiciera.
Como en todo... la clave está en evaluar el riesgo/beneficio.
A mí hay algo que no me gusta en todo esto...
Mucha propaganda a favor y en contra, y muy poco argumento científico.
Y mientras, seguimos fumando y madrugando, perfectamente conscientes de lo malo que es.
Dios o quien sea nos hizo muy raros*
Por citar uno de los 8 argumentos publicados en el texto de J. Gérvas (se puede encontrar en www.equipocesca.org y también publicado en medicocritico.blogspot.com)
1. Las personas nacidas antes de 1957 tienen defensas contra la gripe A. El virus de la gripe A circuló ampliamente entre 1918 y 1957, y dejó una protección por más de 50 años en los afectados. Es decir, la inmunidad natural dura más de medio siglo. Por ello los ancianos mueren menos con la gripe A. Vale la pena pasar la gripe A y no probar con una vacuna que si sirviera nadie sabe cuánto duraría su efecto. Al pasar la gripe A los niños, jóvenes y adultos tendrán la oportunidad de “vacunarse” de por vida y naturalmente contra la enfermedad. Por cierto, la epidemia de 1918 que provocó millones de muertos se dio en un mundo sin antibióticos, sin sistemas sanitarios, de pobreza y sin agua corriente, y a pesar de ello mató casi en exclusiva a los pobres. También la gripe A de 2009-10 mata sobre todo a pobres y en países sin sistema sanitario público, como en Méjico y EEUU.
Interesante cómo has planteado el tema en tu entrada...