-¿Y ahora qué? ¿Tengo derecho a estar enfadado contigo? -me preguntó un médico adjunto.
-Sí -respondí.
Tenía motivos para estarlo. Yo había tomado una decisión con un paciente suyo que no había sido la más acertada. La decisión que yo había tomado no era mala; no lo hice mal. Pero la verdad es que podía haberlo hecho mucho mejor.
Hubo un momento de silencio tenso. Creía que el adjunto me iba a reñir o a gritar. Pero no fue así. Simplemente siguió hablando calmadamente.
-Sí, te has equivocado. Pero no pasa nada.
Me miró y yo comprendí su mirada. Era una mirada agradable. Con ella quería decir "sé que ahora mismo te está dando mucha rabia el no haber estado a la altura y que yo, que no soy médico de tu especialidad, haya acabado teniendo razón".
-Yo también me he equivocado una primera, una segunda y una tercera vez. Todos nos equivocamos cuando empezamos. Y muchas veces aprendemos así, porque nos equivocamos con un paciente. Es necesario pasar por ahí.
No me esperaba para nada que fuera a decirme eso.
-Es como un carpintero que fabrica sillas -continuó. La primera silla que haga seguramente servirá para sentarse, pero tendrá muchos defectos. Intentando mejorarlos, construirá una silla mejor. Si se fija en los defectos de esta segunda silla, seguramente la tercera que haga será todavía mejor. Y así, mientras que tenga ganas de aprender de sus errores, conseguirá una silla cada vez más perfecta.
Yo lo escuchaba atentamente, como si llevara meses esperando a que alguien me dijera precisamente eso.
-Hay médicos que no quieren aprender de sus errores. Pero otros sí. Y si lo haces, llegará un día en que las sillas que fabriques serán reconocidas por mucha gente.
En cuanto hubo acabado, me entraron ganas de abrazarle. En serio.
Foto: Inconfundible silla fabricada por Ikea.
4 de marzo de 2009
Sillas imperfectas
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Me ha gustado mucho. De verdad. Recuerdalo para cuando seas adjunto pata negra. Yo lo recordaré.
Hoy he visto tu coche en el Macarena ;-)
^_^
A veces sorprende encontrarse con gente así... y hay más de las que creemos por ahí, aunque estén escondidas.
Yo estoy segura de que tus sillas serán las mejores.Es verdad que da rabia equivocarse, pero es la única manera de aprender.
Me ha gustado.
scarmoon
Seguro que ese adjunto es un gran médico. Y no me cabe la duda de que también es una gran persona.
(mi padre es carpintero y te garantizo que sí que aprende de sus errores)
Un besito.
:D Me alegro de que no te riñera.
Sólo espero que no hagas a tus pacientes que se monten a sí mismos como a sillas de Ikea.
Seguro que dentro de nada somos capaces de construir sillas no, sillones!!:)