Ese picotazo de la pantalla de mi nuevo iMac era mínimo, pero lo suficientemente visible para desatar mi vena neurótica y ponerme nervioso durante meses.
Embalé el ordenador y lo llevé a la tienda para que me dieran una solución. La verdad es que me daba bastante vergüenza, porque el defecto era mínimo y el técnico iba a pensar que yo era un obsesivo que proyectaba dismorfismos en mi propio ordenador o simplificando, que era tonto del culo.
Sin embargo, el técnico fue bastante amable. Quitó el cristal de la pantalla y retiró un pequeño pelo que al parecer se había quedado detrás de ésta durante el proceso de fabricación del ordenador. No sé por qué, en ese momento tuve una imagen mental de Steve Jobs rascándose la cabeza y soltando caspa y pelitos por toda la cadena de montaje de su fábrica.
Curiosamente, mientras el técnico volvía a montar el ordenador, me contó que le molestaban los oídos de la forma típica de una otitis media serosa, así que le sonreí y le dije que estaba de suerte, que mi hobbie era la Otorrinolaringología.
Desde que he vuelto a montar mi iMac en mi dormitorio he descubierto hay dos pelitos más detrás del cristal de la pantalla que ni el técnico ni yo vimos, pero creo que voy a esperar a descubirlos todos para llevar de nuevo el ordenador a la tienda para que me lo esquilen.
3 de enero de 2009
El increíble iMac peludo
Actualizado por Emilienko a las 15:16
Esta actualización pertenece a la colección Historia de mi iMac
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¿Al final era un pelo?
Vaya anécdota, lo curioso es que luego había más.
PD: Otorrinolaringología por hobby? Menudo caso xD
Y con el Firefox ahí bien puesto.
:-)
jajaja, me he reido un montón con tu imagen mental de Steve Jobs... xDD
y que mona me parece la idea de un ordenador peludito... xD
Uh, el inicio de una bonita relación xD