Está bien que el Ayuntamiento gaste parte de su presupuesto en traer a Sevilla exposiciones itinerantes de escultura. Que estas esculturas sean objetivo del vandalismo y que cualquiera las pinte, no está tan bien.
Mi profesor de latín me contó una vez que entre las ruinas de Pompeya se han conservado no sólo grandes obras de arte, sino también pintadas sobre los muros que hacían los jóvenes del imperio romano. Está visto que esto no es nada nuevo y que las cosas no han cambiado tanto desde hace unas decenas de siglos hasta nuestros días.
Es posible incluso que, al igual que hoy en día existen grupos antitaurinos que consideran barbaridades las corridas de toros, en la época romana algunos ciudadanos se manifestaran en contra de esos espectáculos en los que alimentaban a los leones con cristianos; quien sabe.
16 de enero de 2009
Barbaridades de toda la vida
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