7 de noviembre de 2008

El bautizo


Me gusta mucho recibir a los alumnos de Medicina que hacen sus prácticas de Otorrino porque cuando estoy con estudiantes, tengo que explicar en voz alta mis exploraciones, mis diagnósticos y mis tratamientos. Esto hace que tenga que ser mucho más cuidadoso de lo habitual en mi trabajo diario y me obliga a ordenar mentalmente mis ideas para ser lo más didáctico posible.

¡Además los estudiantes me ayudan en el trabajo! En mi guardia de anoche, tenía que quitarle unos tapones de cerumen a un paciente al que se le había metido una hormiga en el oído. Estaba un poco cansado y le pregunté a uno de mis alumnos si le apetecía hacerlo a él. El pobre chico aceptó.

Para sacar un tapón de cera del oído, hay que coger una jeringa de agua tibia e inyectarla con fuerza dentro del conducto auditivo del paciente; el tapón suele salir disparado.

En esta ocasión, la casualidad quiso que el agua y la cera del paciente salieran del oído fuertemente y cayeran en la boca del obediente alumno, al que se le quitaron las ganas de Otorrinolaringología durante bastante tiempo.

Foto: Después del chapuzón, la compañera de este alumno le quita los restos de cerumen de la boca.

5 firmas. Añade tú la tuya:

angela dijo...

oh por dios!
que asquito!

tu pedido está en proceso, conste en acta.
;)

Frank Lhermitte dijo...

En boca cerrada no entran moscas... ¡Ni tapones para los oídos!

Anónimo dijo...

puuuuuuuuaaaaagggg!!!! A mi nunca me dejaron hacer nada... una pena q no tnga que hacer ya practicas de otorrino... weno... cualquier dia me paso por ahí!

Fer dijo...

¡Los apasionantes riesgos de esta sucia carrera!
¿O era al revés?

Natho47 dijo...

La chica es bella,así que lo debe haber tomado bien jajaj