9 de julio de 2008

Sí, es un cáncer


Eso sí que no te lo enseña nadie y no viene explicado en ningún libro de Medicina: cómo hablar con los familiares y decirles que tu paciente tiene cáncer; o bien, cómo explicarles que el cáncer se encuentra en fase terminal. Desde luego no es sencillo y ya me ha tocado hacerlo más de un par de veces.

Curiosamente, cuando sientes que es a ti al que le ha tocado la desagradable papeleta de hablar "de lo que hay", parece que todo se aclara en tu cabeza y que sabes qué tienes que decir, cuánto y cómo.

En estos dos meses, he desarrollado una sistemática para dar este tipo de malas noticias que por ahora me ha ido bien, pero que espero mejorar conforme vaya teniendo más experiencia.

En primer lugar, pido a los familiares que se sienten conmigo en algún lugar tranquilo e íntimo, donde no nos vayan a interrumpir. Después, les pregunto qué es lo que saben de la enfermedad de su familiar. Muchas veces esto facilita las cosas porque me responden: "no, si yo ya sé que él está muy mal" o "bueno, en realidad ya nos temíamos que el final iba a llegar tarde o temprano".

Estos comentarios son un paso de aceptación personal del problema y son básicos y fundamentales. Es en este momento cuando muchos familiares comienzan a lamentarse. Se hacen reproches a ellos mismos o al paciente del tipo "si no hubiera fumado tanto... ¡mira que se lo dije!".

Llegados a este punto, suelto un mensaje de esperanza. En realidad, casi siempre digo lo mismo; que en este momento lo fundamental es mirar al futuro, que de nada sirve lamentarse ni recrearse en lo hecho, que dado que es imposible predecir qué va a ser de cada uno de nosotros dentro de una escasa hora, tampoco podemos saber si su familiar estará con nosotros mañana o bien si seguirá con su enfermedad durante mucho tiempo más.

Pero que pase lo que pase, que deposite su confianza en nosotros, porque cada decisión que tomemos será siempre pensando en lo mejor para el propio paciente y que ahora no es el momento de pensar en lo que se ha hecho mal, sino el momento de mirar hacia delante para aprovechar los últimos momentos.

Si cuento esto es para pedir consejo a las personas que alguna vez hayan recibido malas noticias, para que me ayuden a mejorar en mi método. Por supuesto, es un método flexible, que se adapta a cada familiar en función de muchas circustancias y de la personalidad de cada uno.

También lo cuento porque, aunque parezca raro, estoy contento de ser yo el encargado de estar ahí en esos momentos, porque quiero hacerlo bien, porque cada vez estoy más seguro de que yo estaba llamado para asumir una responsabilidad como ésta.

10 firmas. Añade tú la tuya:

Anónimo dijo...

Un abrazo...

(lo estas haciendo muy bien)

iga.-

Paco Blanco dijo...

No voy a poder decirte nada que no sepas. Sólo dejarte caer que todos los médicos acaban pasando por ahí.

Lo siento por tu paciente. Más porque recuerdo la supervivencia a los 5 años.

Un abrazo.

werisnei dijo...

Joder... la verdad esque me parece una tarea del todo indeseable, pero es verdad que esa responsabilidad tiene que tenerla alguien que sepa llevarla.
Yo como perteneciente a un sector muy opuesto (cacharritos y maquinitas), te admiro por saberlo llevar tan bien.

Lo del concierto son esas pequeñas casualidades que tenemos al vivir en un sitio tan pequeño como es este mundo, jeje. A ver si para el próximo puedes venir a estar en primera línea de batalla, y te dedicamos el Vaseline!

Un abrazo.

Menelwen dijo...

Me parece, simplemente, que es algo que yo no estoy segura de poder hacer una vez llegado el momento.

Últimamente, tus actualizaciones (excluyendo la de Messianica) son muy tristes. ¿Quizás el receptor de una mala noticia has sido tú?


Por cierto, estoy viendo Perdidos. Ya se veía venir.

qelena dijo...

En mi opinión, el momento de enterarse no es tan horrible, sino al día siguiente, o incluso un par de horas más tarde, cuando empiezas a pensar en las implicaciones...

De todos modos, yo no sería capaz de hacerlo. Un besazo Emilio.

Anónimo dijo...

Hola Emilienko! me acabas de recordar a las películas de Almódovar de la Flor de mi secreto y Todo sobre mi madre. Me parece muy bonito que hayas encontrado esa responsabilidad y que te sientas capacitado para desarrollarla. No todo el mundo tiene ese valor de enfrentarse a esos familiares para darles malas noticias.
Creo que esto de mirar al futuro no sólo se traslada al campo de tener una enfermedad si no a todos los aspectos de la vida. Me ha emocionado tu texto.

He visto el trailer y el openning de Mesianica. Sinceramente es acojonante. No pensaba la alta calidad de las imágenes y los efectos. Enhorabuena a todo el equipo.

A ver si nos vemos pronto.

Un abrazo

Anónimo dijo...

El momento en el que te dan la noticia es siempre muy traumatico... Lo importante es con lo que te quedes al salir de la consulta, que las palabras que te haya dicho el medico sirvan de alivio en ese momento y en todos los momentos posteriores que te de por ponerte a pensar.
Mi madre fue operada de cancer de colon el año pasado, y desde entonces casi todos los dias recuerdo las palabras de una joven doctora: "A partir de ahora cada dia que pase, es un dia mas, sera mejor o peor, pero es un dia mas que habeis pasado juntos, no tomaros esto como una cuenta atrás."

A mi personalmete me fueron muy utiles.

Afortunadamente todo ha ido mucho mejor de lo esperado y todo esta muy bien hasta el momento.

Nos vemos!

Fer dijo...

Toda una lección, vaya.

pau dijo...

Iba a añadir algo, pero según he ido leyendo tu post veo que no hay nada que falte...

A mi también me gustan en el fondo ese tipo de tareas, y aunque suene poco modesto creo que es porque en el fondo pienso que puedo hacerlo mejor que el adjunto, que no sé porque extraña razón muchos médicos acaban siendo frios ante este tipo de situaciones y que a los familiares esa acitud no les ayuda nada de nada. Y sabes que? creo que en Medicina deberían de enseñarnos algo de empatía o inteligencia emocional, pero pensándolo bien, eso no se aprende, se es, y por lo poco que te conozco creo que tu lo eres.

Un besito. Todo bien, no?

Dr. Mario Yuil R. dijo...

Me he identificado contigo debido a que he pasado por lo mismo que tú. Yo soy médico de urgencias y lo más difícil para mí es cuando ocurre un accidente de tránsito fatal. Explicarle a los familiares que un ser querido sano ha fallecido en forma trágica es muy difícil y desgastante pero como tú bien dices: alguien tiene que hacer ese rol y me siento agradecido con Dios por haberme escogido a mí. También he aprendido mucho de estas situaciones.