El bueno de Don José María se sentó en la silla donde nos había dado clase de Lengua y Literatura once años antes, dio los buenos días de forma seria pero cortés y pasó lista.
Nos preguntó a cada uno de sus antiguos alumnos qué había sido de nuestra vida. Yo le conté que era médico interno residente y di las gracias por haberme enseñado que "Sabéis" lleva tilde en la E porque es una palabra tan aguda como "Melón", que lleva tilde en la O.
Después de tantos años asistiendo a sus clases, creo conocerlo lo suficiente como para adivinar que esta noche llorará un poquito.
Foto: Mi clase de 8º de EGB, esta mañana.
21 de junio de 2008
Mi mejor profesor
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
11 firmas. Añade tú la tuya:
llorar así
quiero yo
:')
jo,que guay y que reconfortante.
¿Cómo es que has estado allí?
:o reunion de antiguos alumnos??
hoy he soñado q yo tenia una de esas, xo q no iba xq estaba muy mal vestida y sin makillar...
o.O
Aquellos maravillosos años... yo también quiero volver a mi antigua clase!
no creo que él fuese el único que lloró...
un besito!
Espero que no hicieras llorar mucho a tu viejo profesor...
(no queremos que haga una insuficiencia pre-renal)
(espero mas datos)
;D
igaku
yo intento regresar a mi colegio una vez al año, para asistir a maravillosas clases de biología.
Te iba a enviar un correo electrónico... pero no lo tengo.
Besos desde la guardia.
igaku
De lo mejor que hay en la vida son los buenos profesores. Se los recuerda con más cariño que a la mayoría de los amigos infantiles.
Besos*
Hace poco me pasó algo parecido. Fui a mi colegio a dar una charla de sexualidad (para esa magnífica asignatura de LC, jaja) y todo fue muy emotivo. Yo, que hasta hace nada estaba en las clases como una alumna más, ¡dando una charla! Vi a mis antiguos profesores y a mi tutora de 1º de ESO, una mujer a la que recuerdo con gran cariño y a la que se le saltaron las lágrimas al verme y comprobar cuánto había cambiado, lo "segura" que me veía y con cuánto "criterio" hablaba (palabras textuales de ella). Supongo que en mi playa ella aportó un buen montoncito de arena, y yo también lloré.