-Esa vena es demasiado grande; no la ignores, no la quemes; lígala -me dice el adjunto correspondiente.
-Tijera de Kilner y pinza sin dientes -pido sistemáticamente al instrumentalista.
(...)
-Mosquito.
(...)
-Otro mosquito.
(...)
-Tijeras.
(...)
-Ligadura.
(...)
-Suelta el mosquito.
(...)
-Tijera de hilos.
(...)
-Ahora el otro cabo. Ligadura.
(...)
-Suelta el mosquito.
(...)
-Tijera de hilos.
-Vale, sigamos adelante.
El proceso de ligar es siempre el mismo y no se modifica. Me produce cierto miedo que se suelte uno de los cabos de la vena ligada y se desencadene una hemorragia. No por la hemorragia, que suele ser fácil de contener, sino por la sangre, que deja inevitablemente el campo quirúrgico teñido de rojo.
Foto: Mosquito, también llamado pinza hemostática de Halsted.
4 de julio de 2011
Ligando
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Para un ajeno al campo como yo la moraleja está clara: para que el ligue no acabe mal hay que tener una buena herramienta, el mosquito en este caso [comentario borrable]
¡Muy bueno!
Casi que a dirio, hablando de instrumentación quirúrgica claro!!!!
Con la "marcha real" Pinza, pinza, tijera, ligadura y vuelta a empezar..." que usted lo opere bien.
ClaraBenedicto: @Emilienko claro, así se liga más en los quirófanos........... :P
Parece simple, pero no lo es tanto. Al menos para los que estamos en este punto de nuestras vidas en que la instrumentista aún nos da la tijera de hilos antes de que nos demos cuenta de que la vamos a necesitar.
Me has recordado que los campos quirúrgicos son exangües :)