-¿Cómo lo estoy haciendo? -me pregunté.
Acabo de traspasar el ecuador de mi residencia y siento una gran necesidad de saber en qué aspectos de ella estoy cumpliendo los objetivos y en cuáles no doy la talla. Así que me levanté de mi toalla y comencé a dar un paseo por las playas del Algarve portugués para reflexionar.
Pronto llegué a la conclusión de que necesito un punto de vista externo que me evalúe en la residencia. Los que trabajáis en lugares relacionados con la salud sabréis que todos los años en el mes de abril se cumplimenta un formulario que intenta valorar de forma objetiva los resultados derivados del trabajo de cada médico residente; a mí ese formulario me sirve para poco.
En él, se recogen una serie de ítems que, de haber sido cumplidos, suben la puntuación del residente evaluado. Por ejemplo, haber publicado un artículo suma 0,2; preparar una sesión clínica, 0,1. El resultado de la evaluación es un número concreto e imparcial, pero completamente inútil.
Así pues, si tengo un 7 sobre 10, ¿debo centrar mi esfuerzo en escribir más artículos y así seré mejor médico? Si tengo un 10 sobre 10, ¿significa que ya soy un médico perfecto y que no tengo que cambiar nada en mi praxis? Si tengo un 0 sobre 10, ¿es que mi trabajo no ha sido nada fructuoso? ¿Cómo se califican la actualización y la aplicación a la práctica de mis conocimientos teóricos? ¿Cómo puedo objetivar en esta evaluación si los pacientes se quedan reconfortados tras haber sido atendidos por mí o si por el contrario salen indignados de la consulta?
Por motivos como los anteriores, parece que carece de sentido evaluar a un médico con una nota numérica. Es preciso un informe individualizado, realizado por alguien que siga de cerca los pasos del residente, que permita identificar a cada uno sus fallos de un modo más concreto. En este sentido, la existencia de la figura de un tutor de residentes es, afortunadamente, vital al ser una referencia importante para mí; pero el sistema actual implantado para todos los MIRes, que resume el resultado en "No apto, Apto, Destacado y Excelente" se me queda pequeño.
-Alto ahí, Emilienko -dice alguien. Pero esos informes personalizados no numéricos tendrían una trampa: al carecer de elementos de comparación, no te permiten diferenciar a un médico de otro; al bueno del malo.
-Creo que en la trampa has caído tú. El médico bueno no tiene por qué ser el que más puntúe en su evaluación anual. Y, además, creo que las comparaciones entre médicos tienen más inconvenientes que ventajas.
Fred Lee, en su libro "If Disney ran your Hospital", hace algunas reflexiones sobre lo dañinas que pueden resultar estas evaluaciones comparativas entre los profesionales sanitarios:
Si un compañero obtiene más puntuación que tú en la evaluación, pero crees que su praxis es peor que la tuya, ¿te sientes motivado por continuar mejorando o por el contrario te vuelves desmotivado? ¿Tu trabajo sigue entusiasmándote o comienza a quemarte? Tu esfuerzo por puntuar más, ¿lo haces para mejorar los resultados colectivos (que sería lo deseable) o sólo tratas de competir contra los demás para demostrar tu valía sobre la de los otros? ¿Dónde queda en este último caso el tan necesario trabajo en equipo que debe producirse entre médicos?
Foto: Las aguas de la playa del Algarve durante mi paseo.
12 de agosto de 2010
Reflexiones sobre las evaluaciones de MIRes
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Interesante reflexión. Creo que tienes razón en lo poco válido que resulta el resultado de esa evaluación objetiva y numérica, sobre todo a nivel personal, y más aún a una persona como tú que siempre ha intentado/intenta/intentará hacer las cosas de la mejor manera posible teniendo en cuenta todas las variables en cada ecuación que se te ha prentad/presente/vaya a prentar.
Ojalá todos los profesionales sanitarios tuvieran las mismas inquietudes que tú al respecto, creo que así habría muchos grandes (y buenos) médicos, y la sanidad sería objeto deadmiración por todos y cada uno de sus usuarios.
En serio Emilio, no es la primera vez que te lo digo, pero te admiro en muchos aspectos, y este es uno de ellos, tu capacidad y necesidad de autocrítica que deriva en una gran profesionalidad.
Un abrazo.
Puta autocorrección del iPad.
Espero que se me haya entendido, a pesar de las erratas xD.
Yo pensé lo mismo mientras rellenaba el último.
No sólo el cuestionario de publicaciones y sesiones, sino también el libro azul, contando todo lo que hice en el año (hasta niveles que rozan el absurdo, con tal de rellenar espacio, incitado por los tutores para que parezca que en el servicio se hace mucho).
Es decir, si he hecho 49 autopsias ¿soy mejor o peor residente que un R1 de interna que haya hecho 100 entrevistas clínicas? ¿Mi descripción macroscópica de casi 4000 biopsias vale más o vale menos que las intervenciones en que haya asistido un R1 de cirugía? ¿Le catalogan a él si era primer o segundo asistente?¿me diferencian a mí si describo una pieza endoscópica (una frase) o si es una resección mayor (varios párrafos)?
El problema viene de querer normalizar cosas que no son normalizables, de comparar tareas que no son comparables.
El número de publicaciones, aun siendo inútil (hay servicios donde es más fácil publicar que en otros, por el tipo de trabajo que se realiza), es un valor que sí es comparable. Y creo que por eso se aferran a él, para poder rellenar papeles e informes con los que hacer gráficas y darse pisto en privado y en público, aunque sepan (no me creo que no lo sepan) que en la práctica es absurdo.
¿Qué tal una encuesta de "satisfacción del cliente"? Se podrían hacer encuestas a los pacientes que ha tratado un médico y evaluar la evolución del paciente y el trato recibido, ¿no?
Aparte, por supuesto, de valorar la formación y actualización del médico.
Deberías preguntar a gente cuya opinión valoraras y que sepas que va a ser sincera :)
Interesante reflexión, pero quizás de otra forma la comparación sería injusta, por ser quizás, subjetiva.
Por cierto, ya que estás en el Algarve, te aconsejo que subas un poquito hacia Lisboa, y que visites Sintra.
Está superbien, y por supuesto, que no se te olvide el "Palacio da Pena", wapísimo.
La evaluación de mi Unidad Docente de Medicina de Familia sí que me resulta útil.
Las puntuaciones de los tutores de las diversas rotaciones suponen una parte mínima de la evaluación, lo fundamental es la discusión entre diversos agentes implicados en nuestra formación y su transmisión hacia nosotros por parte de nuestros tutores, con los cuales tenemos relación a lo largo de todo el curso aunque no estemos rotando por el centro de salud...
...hay mil y una cosas mejorables, ésta es una de ellas, pero afortunadamente en Medicina de Familia creo que ha habido mucha gente pensando y sintiendo lo que comentas desde hace un tiempo y han comenzado el cambio :D
un abrazo!
Completamente de acuerdo, Emilio : )
Doctor, es usted un hombre muy sabio. Sinceramente, creo que esa reflexión que has hecho es más que acertada, y además se puede extrapolar a muchas cosas.
Se intenta hacer entrar las cosas en un sistema cuadriculado que no refleja la realidad y nunca podrá llegar a hacerlo. Pero hay dos cosas que son oro en nuestra era: el tiempo y el dinero; que permitirían esa evaluación exhaustiva, y que nadie está dispuesto a gastar.
Mi respuesta, Emilio.
http://wp.me/pD3FL-WF
Gracias.
Un abrazo,
enrique