-Un músico escribe una canción, la registra, la hace famosa y entonces, cada vez que ésta se reproduzca, cobrará unos derechos por utilizar su propiedad intelectual -nos explicó Elena durante el café de hace unas tardes. No tiene nada que ver con la propiedad intelectual de los científicos.
-¿No? -preguntó Beatriz.
-No. Cuando un científico escribe un artículo y decide enviarlo a una revista para publicación y ésta lo acepta se olvida de sus derechos de autor, que le quedan cedidos a la revista en cuestión.
-Pero cuando, como lector, quieres un artículo científico tienes qué pagarlo. De ese dinero, ¿nada recibe el autor?
-No, nada. Incluso en algunas revistas, el autor debe pagar cifras de hasta tres ceros.
La situación es injusta. Tanto el músico como el científico quieren que sus trabajos sean reconocidos. El músico recibe una parte de los derechos de autor por el uso de su propiedad intelectual; el científico no recibe nada al haber cedido sus derechos. Ni siquiera una copia gratuíta de la revista donde ha publicado su manuscrito.
-Y los músicos encima se quejan -apostilló Elena.
Jamás me he planteado recibir dinero por una de mis publicaciones; me contento con que algún día le puedan servir a alguien. Pero tampoco me había comparado nunca con un músico. Es verdad que mis artículos no están en revistas de factor de impacto, pero, en el caso de Elena, que ha tenido que pasar jornadas de noche a noche de laboratorio de lunes a sábado, y además ir a alimentar a los cientos de peces cebra que componen su experimento todos los domingos a lo largo de cuatro años, la situación parece más injusta.
El resultado es este excelente artículo en Current Biology acerca de la orientación de la división celular en el tejido neural embrionario, mil veces más valioso y mil veces menos conocido que cualquier canción de la radio.
Hay cosas que parece que aún no cambian: seguimos tratando a la científicos a pedradas, sin reconocer lo que valen.
Foto: El Poliwhirl de Elena mira los peces cebra a través del cristal de su acuario.
11 de febrero de 2011
Alejandro Sanz contra Elena
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Curioso y triste a la vez...
Genial como siempre
Me quedé helada; realmente pensaba que algo de lo que se paga por los artículos era para los autores. La sociedad valora más las cosas que todo el mundo entiende, aunque el esfuerzo que llevan detrás no sea ni una mínima parte del que es necesario para que "obras", como son los artículos científicos, vean la luz. Pero como eso no todo el mundo lo entiende... ¿A quién le importa?
buh... acabo de volver de una clase sobre propiedad intelectual en internet, y la semana que viene me esperan una visita a la SGAE y una sesión sobre Copyleft... si consigo sacar algo en claro de todo eso, como la diferenciación músico/científico, ya te lo contaré :s
jo emilio, me siento super identificada, de hecho para las impugnaciones tuve que acudir a la biblio del hospital a por unos articulos de pubmed, y mantuve esta misma conversacion con la bibliotecaria. jeje
Me parece tan injusto..
Hola, no sé si alguna vez he comentado algo, pero leo tu blog cuando tengo un ratito porque me parece que tratas temas de lo más interesantes, y por ello, te felicito.
Y en cuanto al tema... yo todavía no he publicado nada, ni sé si lo haré. Pensaba que algo se debía llevar el autor, aunque la verdad, como dices, tampoco era algo que me preocupara en exceso. El objetivo era que le pudiera servir a alguien. Pero en el caso de tu amiga, sí que es cierto que es mucho más injusto... y a los científicos, ya es sabido que no se les valora lo suficiente y los que quieren dedicarse a esto, no tienen más remedio que marcharse a otro lado... triste. Apunto que me ha encantado la comparación con los músicos. Fuera la ciencia, que entre operación triunfo. Sí, realmente, parece que vamos por buen camino.
Un beso,
Rebeca
Muy buena recreación de la conversación. :)
Yo me conformo con que citen mi artículo chorrocientas veces. Pero sí, los artistas (a veces) me dan un pelín de rabia.
Hombre, la actitud no es "que mierda que se quejen los musicos, los cientificos estamos peor". Ole por los músicos y artistas que han sabido cobrar por su propiedad intelectual. A lo mejor no deberíamos ceder nuestro copyright a las editoriales (papelito que te obligan a firmar para publicarte). El mundo editorial al igual que el de entretenimiento debe cambiar su modelo de negocio. En España el estado financia gran parte de la investigación y su difusión de forma indirecta (inscripciones a revistas) quizá este modelo tambíen debería cambiar
Es raro, pero nunca me había parado a pensarlo.
Es injustísimo.
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