28 de febrero de 2009

Body Worlds Sevilla


Ayer estuve con Isa en la exposición esa de los cadáveres humanos disecados de forma artística. Nos lo pasamos bastante bien, la verdad: Isa descubrió antes que yo la disección del oído medio y me llevó corriendo a ella; yo hice que ella me explicara el aparato valvular del corazón y dos compañeros residentes del hospital de Valme con los que me encontré allí me sorprendieron explicándole a una mujer del público para qué servía el cerebelo.

Cuando hace algunos años me enteré de que esa exposición existía y que estaba viajando por toda Europa, me pareció algo completamente antiético que obtenía todo su éxito en el morbo de exponer cuerpos humanos muertos. Pero no es así: todos los cadáveres se muestran con mucho buen gusto (a excepción, quizás, de las arterias del niño que monta a caballo).

Me habría gustado, tal vez, un poco más de detalle respecto a nervios y vasos sanguíneos: un sistema nervioso disecado en su totalidad, por ejemplo. No obstante, para mí la exposición se merece su alto precio.

De lo único de lo que me arrepiento es de no haber ido con el atlas Sobotta debajo del brazo...