-Y por esto que le acabo de explicar, creo que sería mejor que usted se quedase ingresado en el hospital este fin de año, porque así le podemos controlar en caso de que...
Teléfono. Es la tercera vez que me llaman en los cinco minutos que llevo hablando con este paciente, así que decido cogerlo no vaya a ser que sea para algo importante.
-¿Me permite un momento? -le pregunto al paciente, mientras que el pobre se resigna a estar ingresado la noche del 31. ¿Sí?
-Hola, Emilio, te llamo de la cocina.
-Ah, hola, dime.
-No te habré interrumpido en quirófano como otras veces, ¿no?
-No, no, dime...
-Verás, te quería preguntar, ¿dónde está la toma del gas?
-¿Qué toma del gas?
-No sé si te acuerdas, tú encargaste un fogón de gas; para eso hace falta que lleven una tubería del gas a la cocina.
-Ehh... no sé... -entonces recuerdo que, la última vez que estuve en la obra, no vi ninguna tubería de gas en la cocina. Un momento, que llamo a mi constructor.
-No, si no hace falta, nosotros te vamos a terminar de montar la cocina y ya tu constructor se encarga de hacer que llegue allí la tubería.
El día 31 me di cuenta de que la obra no se acabaría nunca.
Foto: La cocina ayer, antes de que tengan que abrir de nuevo la pared para meter la tubería del gas.
3 de enero de 2010
La toma de gas
Actualizado por
Emilienko
a las
11:25
13
firmas. Añade tú la tuya
Esta actualización pertenece a la colección Larga mudanza
Tweet
Suscribirse a:
Entradas (Atom)